discos del mes
2019
COLECTIVO DA SILVA. VACACIONES
Vacaciones de Colectivo Da Silva o, como a mí me gusta llamar el disco “El Amor en Tiempos de la Generación millennial”. El primer LP de la banda granadina, se ha ganado el título de “Disco del Mes”, con todas las de la ley. Este trabajo de este gran colectivo, al cual pertenecen nada más que 7 personas, explora el amor a través de 11 temas de gran complejidad musical.
Su estilo es claro, pop Lo-fi californiano y lo más interesante es que no han sido influidos por Cupido, como muchos pensarían. Colectivo tiene su propio estilo reconocible en España, y eso es totalmente de admirar.
Antes de la salida del LP, ya desvelaron varios singles que fueron un gran éxito, sobre todo su himno actual Marina d’Or, tema a través del cual, la banda realiza una mirada retrospectiva hacia uno de los grandes iconos pop de la generación millennial española, la ciudad de vacaciones a la cual todos los niños españoles queríamos ir, gracias a sus anuncios. La frase “Marina d’Or Ciudad de Vacaciones, ¡dígame!” es sin duda una de las frases más “memeables” y recordadas por nuestra generación y Colectivo ha sabido sacar partido de nuestra nostalgia.
VIVA SUECIA. EL MILAGRO
Debe ser otoño a juzgar por las canciones. También debemos haber sido muy buenos en otras épocas. El karma, Shiva o José Velez parecen habernos bendecido por invertir nuestra pasión, salud y dinero en directos y discos. La temporada viene muy fuerte y casi no hay tiempo material de disfrutar de la avalancha de novedades que se presenta a nuestro alrededor. Ahora entendemos lo que hacemos aquí y recordamos lo que queríamos ser de mayores.
Una de las ventajas de estos períodos es que permite discernir con mayor claridad entre lo que es un truco y lo que es la verdad. Y “El Milagro” pertenece indudablemente a la segunda.
Juan Tallón, uno de los mejores columnistas de este país, suele citar a Juan Rulfo diciendo sobre “Pedro Páramo” que está escrita para que solo se entienda después de leerla tres veces. Si por casualidad la entendías a la primera o a la segunda, significaba que no te habías enterado de nada. Eso también diferencia un buen disco de uno mayúsculo y esto, a veces, es tan simple, que lo simple es olvidarlo.
LEÓN BENAVENTE. VAMOS A VOLVERNOS LOCOS
Allá por 1995, Siniestro Total, después de la abrupta salida del grupo de Miguel Costas, se preguntaban “temporada de patos, temporada de conejos, ¿y ahora qué?” en “Maniobra Loco Iván”. De esa guisa, más o menos, se encuentra este otoño la escena estatal. Esperando la temporada de nuevos menús de autor preparados por algunas de las vacas sagradas del panorama.
A esas alturas de la década de los noventa, todavía asomaba Carpanta por las viñetas y los kioskos. El personaje creado por Escobar era la versión cañí y sintecho de El Coyote. Con la diferencia de que su Correcaminos particular era un sempiterno deseo de banquete que nunca llegaba a concretarse. Ahí empieza a torcerse el símil. A las primeras de cambio León Benavente han puesto a nuestro alcance un menú degustación en el que marida perfectamente la contundencia del rock y la delicadeza sintética. Un auténtico festín del que también hemos participado en directo y podemos afirmar dejará con sentimientos encontrados al respetable. Por un lado, el placer de la dispepsia y por otro, la ansiedad del deseo incontrolable de una mayor ingesta.
RIDE. THIS IS NOT A SAFE PLACE
“This is not a safe place”, sexto disco de la banda de Oxford, segundo si contamos desde que se volvieron a reunir. Fue en 2017 cuando aprovecharon la ola de bandas británicas que se reunieron con el nuevo siglo para continuar las cosas por donde las dejaron a mediados de los noventa. My Bloody Valentine dieron el pistoletazo de salida en 2013 con “M B V” y desde entonces sus contemporáneos Slowdive o Swervedriver también se enredaron en la creación de nuevos temas. Además, hay que añadir que el propio sonido “shoegaze” y “dream pop” han sido revitalizados espléndidamente por algunas de la bandas más importantes de la década que estamos a punto de finiquitar, sean “Beach House” o los mismos “Deerhunter” los ejemplos más significativos.
RIDE hizo su aparición cuando publicaron “Weather Diaries” para gozo y disfrute de muchos. No obstante, resultó un tanto decepcionante para quienes esperábamos escuchar a unos RIDE más auténticos o fieles al sonido que les caracterizó en sus primeros dos discos “Nowhere” y “Going black again”. En cualquier caso (y eso si lo disfrutamos todos) se embarcaron en una gira mundial que tan solo traía buenas vibraciones y excelentes resultados para todo el grupo por lo que se transluce de las constantes felicitaciones en su canal oficial de Twitter.
ANNI B SWEET. UNIVERSO POR ESTRENAR
Y la madurez musical de Anni B Sweet llegó a través de la psicodelia.
Cuatro años después de su último trabajo, “Chasing Illusions” (Subterfuge, 2015), Anni B Sweet publica un nuevo LP en el que adopta un nuevo estilo musical y se pasa al castellano para sus letras. Cambios, ambos, que le sientan fenomenal a la malageña, haciendo de este “Universo por estrenar” el mejor álbum de su carrera.
En este cuarto trabajo Anni abraza el pop psicodélico de influencias sesenteras con una seguridad pasmosa, como si psicodelia y artista estuvieran predestinadas a encontrarse. Visto y escuchado el resultado, la decisión de abandonar su zona de confort y explorar nuevas sensibilidades, tanto en su sonido como en el idioma de sus canciones, nos parece, la mejor decisión que Anni B Sweet ha tomado desde su debut profesional allá por 2009.
THE NATIONAL. I AM EASY TO FIND
Hacer lo que más te gusta, hacerlo con sentimiento, hacer lo que mejor sabes hacer, hacerlo alegre y triste a la vez, hacerlo bonito. Esa es la consigna de The National cada vez que lanza un disco nuevo.
Y hacerlo con originalidad, y cuidando el complemento visual. Acompañarlo de un cortometraje anexo al disco, dirigido por Mike Mills y protagonizado por Alicia Vikander. Poca broma.
Lo cierto es, que tras el «Trouble Will Find Me» de 2013, se veía un atisbo de luz en el futuro discográfico de la banda de Cincinnati, y esa línea continuista de mantener el sonido oscuro perdura, solo que cambiando la influencia post-punk por sonidos más melódicos, esbozos electrónicos y ritmos de rock más trepidantes. A un servidor que escribe ya le comenzó a dar esa impresión hace seis años, y con la continuación de 2017, como fue «Sleep Well Beast».
ENRIC MONTEFUSCO. DIAGONAL
Como una imagen de marca, Enric Montefusco ha conseguido hacer de su calmante voz el emblema de su música. Ya lo conseguía con Standstill y sigue siendo así, pero además, en Diagonal (Buena Suerte-El Segell, 2019), disco que fue presentado el pasado 16 de mayo en la sala Apolo, se completa esta percepción, ya que, desde que el cantante debutara en solitario con Meridiana (Buena Suerte, 2016) ha conseguido ser completamente inconfundible.
La fusión de voz, músicas tradicionales, poesía y tono reivindicativo hace que Enric se haya convertido en un autor imprescindible en la escena del pop actual. Y sí, decimos bien, ya que sus temas tratan de acercarse a la cultura popular, la más clásica, la del folklore, la del arte a pie de calle, la que bebía directamente del pueblo.
Diagonal (Buena Suerte-El Segell, 2019), está concebido como una obra complementaria a su anterior álbum Meridiana (Buena Suerte, 2016). Ambas vías de la Ciudad Condal, que representan la entrada y la salida a la misma y sobre las que el autor metaforiza. Este disco se publica bajo su propio sello, Buena Suerte, junto con El Segell. Además, viene ayudado de los músicos que le acompañan desde el inicio de su carrera en solitario, que poco a poco se están convirtiendo en parte de su proyecto.
MCENROE. LA DISTANCIA
“La distancia”, título del nuevo disco de McEnroe, como cabe suponer viniendo de McEnroe, no está vacío de contenido. Han pasado sus buenos cuatro años desde que publicaron “Rugen las flores” (Subterfuge) en 2015 y esa sería una buena razón para titular el disco así.
Es cierto que McEnroe no han estado todo este tiempo fuera del escenario musica. Se han embarcado en varios proyectos colaborando con otros artistas o atreverse a otros escenarios menos comunes para una banda de pop. Así, en 2016 firmaron el mejor álbum pop de 2016 (Premio MIN) con The New Raemon: “Lluvia y truenos” (Subterfuge, 2016). Este disco, que ya fue reseñado en revistaindie.com, nos dejó extraordinarios temas que ya forman parte de la memoria colectiva. Después, Ricardo Lezón comenzó la aventura en solitario en “Esperanza” (Subterfuge, 2017) donde abandonó durante unos cuarenta minutos su inconfundible afección en la forma de cantar y, además, en la que su hija, Jimena, le acompañó en alguna canción. Por último, ese jardín en el que casi ninguna banda suele meterse es el de las bandas sonoras. En 2018 fueron valientes y se lanzaron a la creación de la banda sonora de “Los amores cobardes” con la que estuvieron seleccionados a los premios Goya. Y ya, por fin, llegó el sexto álbum de estudio al que desde Revistaindie hemos laureado como Disco del Mes de mayo. Parece que este grupo está llamado a convertir en oro todo lo que toca.
CALA VENTO. BALANCEO
Si hiciésemos una encuesta entre los aficionados al baloncesto, aunque extrapolable a cualquier deporte o disciplina de la vida, seguramente la gran mayoría responderíamos que preferimos una buena actuación coral, el éxito de un equipo bien trabajado, al talento individual. Ya sea por la corrección política imperante o porque realmente lo creemos así.
Que sí, que todos lo gozamos extremadamente con aquella España que se proclamó campeona del mundo en Japón y curiosamente arrasó en la final sin su gran estrella. Pero que levante la mano aquel al que ver una actuación antológica de una estrella no le deje el vello de la nuca como el bigote de Tkachenko. Que confiese el que no tenga en mente el vuelo de Jordan destrozando los sueños de Utah mientras Andrés Montes, acompañado de un imberbe Antoni Daimiel, se desgañitaba en la narración. O la imagen de Pau Gasol, en 2015, en Francia vistiéndose de superhéroe en una prórroga para la historia. O la de Corny Thompson anotando un triple para coronar a la Penya campeona de Europa. O la del talento exacerbado de Drazen Petrovic abusando con 62 puntos en la final de la Recopa ¡Qué coño! Cualquier imagen de Petrovic.
NOVEDADES CARMINHA. ULTRALIGERO
Hace ya 7 años, en el Monkey Days 2012, a media tarde tres gallegos se fumaron de una sola calada el incipiente postureo de los allí presentes cuando un tal “Carlangas” sacó a pasear su acento y su retranca y espetó “esta canción habla de que follar está sobrevalorado y te la queremos dedicar a ti”.
Tenían ese algo que te hace comenzar a seguirle la pista a un grupo, cuestión que ocurre con mayor o menor frecuencia cuando uno acostumbra a ir a conciertos. Bien es cierto que tras ese primer picotazo, por múltiples razones, solo se mantienen en tu vida algunas bandas. “Juventud Infinita” (Ernie, 2014) fue la confirmación de que habían venido para quedarse, especialmente en un bolo albaceteño en el que pusieron patas arriba al personal amenazando con “Demoler” el local, entre otras cosas, versionando “Mi Fábrica de Baile” de Joe Crepúsculo. Literalmente nos volaron la cabeza.
MUCHO. ¿HAY ALGUIEN EN CASA?
Martí Perarnau, el camello de lo cósmico, ha vuelto y lo hace con mandanga de la buena bajo el brazo. Tras más de tres años sin material, el esperado nuevo disco de Mucho llega para convertirse en nuestro disco del mes de febrero y lo hace precedido de hasta tres adelantos “Ahí te quedas Perarnau”, “El enemigo ahora vive en todos nosotros” y “Putochinomaricón”, que ya nos permitieron hacernos a la idea de lo que nos íbamos a encontrar en este espectacular “¿Hay alguien en casa?”.
Y es que este cuarto disco del proyecto Mucho llega rebosante de electrónica, mucha electrónica. La influencia del techno y de la cultura rave es clave en este trabajo, en el que sintetizadores y samplers forman la base sobre la que crece y se ramifica todo el sonido del álbum. Un paso adelante en la evolución de Mucho, en una dirección que ya dejaba entrever en algunos pasajes de su anterior disco.
DEERHUNTER. WHY HASN’T EVERYTHING ALREADY DISAPPEARED?
El nuevo año nos trae nuevo disco de Deerhunter, la banda liderada por Bradford Cox, con el que los americanos vuelven a superarse y a reinventarse. Y ya van unos cuantos discos… todos variando, todos con algo distinto, evolucionando en función de lo que a la banda siente en ese momento. Reflejo de lo que viven, lo que sufren y lo que quieren en cada momento, sentimientos que se fijan, como una fotografía, en el instante en que entran en el estudio.
Y es que el sonido sucio y garajero de su “Monomania” (4AD, 2013) pasó a mejor vida tras el accidente de Cox. Así el sonido de la banda se transformó para entregar un trabajo mucho más limpio, “Fading Frontier” (4AD, 2015) que supuso su acercamiento a un tono mucho más pop, sin rarezas, sin ese peso electrónico psicodélico, haciendo su sonido más accesible, para llegar sin tener que escuchar el disco varias veces para comprender lo que Deerhunter quería transmitir. Este coqueteo con lo accesible consiguió que Deerhunter se hiciera mucho más popular, creciendo el número de fans de los “cazadores” hasta cotas nunca imaginadas por la propia banda, sonando en todas las radios y televisiones (menos en las españolas), conquistando un mundo que nunca antes habían visto, el del éxito más mainstream. Mucho más observados ahora la exigencia es máxima. Casi cuatro años después Cox y compañía no han defraudado, olvidándose de sus conquistas, volviendo a mirar a sus primeros seguidores a los ojos.