Santi Hernández
Redactor
Fernando Tello
Redactor & Photo
Toledo, 17 de noviembre de 2022. Círculo de Arte
El pasado jueves 17 los Derby se trajeron su kinkidelia de paseo por el Círculo de Arte de Toledo de la Plaza de San Vicente. Había ganas de recibir la propuesta de los sevillanos que tanto ha dado que hablar.
Bien ensamblados al pie del micrófono, los cuernos de la bicicleta clásica a la que hace referencia el grupo presidían el escenario. Un poco más tarde de la hora a la que estaba propuesto el inicio del concierto, Dandy Piranha (voz), Bacca (guitarra), Gringo (guitarra), Soni (bajo), Papi Pachuli (batería) y Machete Carrasco (sintetizador y teclados) saltaron al escenario para beneplácito de la afición que se empezaba a impacientar por la tardanza. Ellos señalaban con los cuernos al público y la platea se los devolvía jaleando el comienzo del concierto. Después de los últimos ajustes de volumen con los primeros acordes, la apisonadora rockera-progresiva-psicodélica-flamenca se puso en marcha y todos, los del escenario y los de la abajo no dejaron de vibrar durante todo el concierto. Ellos agradecieron varias veces volver a ver a gente cerca, sudando y desgañitándose con sus canciones. Estos son los últimos conciertos fin de gira de ‘Hilo Negro’ y después de los festivales de verano en los que todo es más fácil para el artista, pero hace menos personal la interacción con el público, estos baños de (pequeñas) multitudes de salas pequeñas deben ser reconfortantes.
Quien firma estas palabras apenas conoce el repertorio de Derby, diría que apenas sabría tararear un par de canciones, pero es capaz de reconocer este estilo tan clásico en cuanto empiezan a sonar los primeros acordes. Por lo tanto, no he perdido tiempo en enumerar qué canciones tocaron y sí más en dos cosas: transmitir el gustazo que da ver en el escenario una propuesta tan diferente a las que estoy acostumbrado presenciar y, por otro lado, reivindicar el (parece) denostado rock de guitarras del que hacen gala DMBK.
Los que nos hemos criado en el ambiente indie que comenzó en los noventa, echamos de menos otras propuestas en el escenario. Las nuevas músicas urbanas están por acabar de hacerse valer entre un público más exigente. Lo nuevo no debe ser nuevo, vale con recuperar el rock clásico, progresivo y psicodélico que hizo furor en el pasado y reinventarlo con las propuestas del siglo XXI. Añadirle flamenco en esta ocasión recuerda tanto a los Triana de antaño. Pero no son Triana. Son Derby Motoreta’s Burrito Kachimba y espero verlos muchas veces más en el escenario.