Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, eso o el “basado en hechos reales” de *Fargo*. Cualquiera de ambos mensajes habría servido para comenzar esta sátira sobre la realeza española que han creado Borja Cobeaga y Diego San José.
No puedo ser imparcial con ellos. Para mí, Cobeaga es lo más parecido a Alexander Payne que tenemos en España, por buscar una comparación a la altura. Diego San José es tan bueno que es capaz de convertir en thriller un caso sobre una investigación de Hacienda (*Celeste*). Todo lo hacen sutil pero divertido, y cada vez tienen más músculo como guionistas.
Ya hemos tenido como series del mes creaciones suyas como *Vota Juan* o *No me gusta conducir*, y *Su Majestad*, producción de Amazon, no podía ser menos.

Borja Peinado
Redactor
La princesa Pilar es la primera en la línea sucesoria a la corona, pero no va con ella la cosa. Para hacernos una idea, superficialmente es una mezcla entre Froilán y Victoria Federica: mucha noche y mucho evento. Todo su chiringuito se viene abajo cuando al rey, su padre, le salen varios *pufos* y corruptelas debajo de la manta. ¿Puede sonarnos a algo, verdad?
Cobeaga y San José tienen la gran habilidad de hacernos sentir empatía con personajes que, a priori, son detestables, y no por eso se está blanqueando nada. Por mucha repulsión que pueda provocarnos la casa real, la verdad es que todo lo que la rodea es tan opaco y bizarro que tiene mucho de cinematográfico. Por supuesto, la historia no se corta en adentrarse en temas incómodos en cuanto al funcionamiento del Estado, sobre todo en lo que se refiere a la corrupción en la justicia.


Es curioso que hayan coincidido en el tiempo dos series satíricas sobre la realeza. También en febrero, Movistar estrenó *La Vida Breve*, de otro tándem de creadores muy en forma y muy consolidado en la industria: Cristóbal Garrido y Adolfo Valor. *La Vida Breve* es sencillamente maravillosa, una ficción sobre el reinado de Luis I el Breve, en la que brillan las interpretaciones de los jóvenes Carlos Scholz y Alicia Armenteros. Los creadores se han sacado de la manga una divertidísima y certera comedia histórica que, por disparatada que pueda parecer a veces, se queda corta si echamos un ojo al bagaje de nuestros queridos y admirados borbones. Tiene un gran trabajo de documentación y de diseño de producción y, por supuesto, lo que viene distinguiendo a las grandes series españolas de las últimas temporadas, un nivel altísimo en la escritura. No hay en La Vida Breve secuencias dejadas al azar que no ofrezcan algo interesante y potente al espectador; como no hay personajes, por pequeños que sean, que no resulten divertidos y casi hipnóticos.

Aunque tenga un tono distinto y las diferencias obvias de época, en realidad ambas series tienen mucho en común en la situación de sus personajes protagonistas y en la parte social de las historias, retratando las corruptelas y sinsentidos de la vida en palacio; eso no pasará nunca de moda.
Volviendo a Su Majestad, Ana Castillo interpreta a la princesa Pilar y Ernesto Alterio es su fiel secretario, una especie de *resuelve marrones*. Como de dúos va la cosa, la relación entre ambos es otro de los atractivos de la serie. Ana Castillo mejora capítulo a capítulo al ritmo del arco del personaje, y Ernesto Alterio simplemente es Ernesto Alterio. Además, su tipo de personaje siempre resulta muy goloso y la construcción que ha hecho, dándole un aire de pijo clásico, es realmente interesante. A la dupla protagonista hay que sumarle un secundario que siempre, siempre brilla: Ramón Barea, que da vida al jefe de la Casa Real.
Los 7 capítulos de *Su Majestad* se pueden ver en Amazon Prime, y apetece hacerlo del tirón una vez que se empieza. La serie está renovada para una segunda temporada, y sospecho que volverá con incluso más mordiente.