Aranda de Duero, 8 de agosto de 2018.

La fiesta de bienvenida es un clásico en el Sonorama. Y mucho más desde que el año pasado apostaron por un escenario, el Desperados, más grande y con una ubicación más retirada del camping. Con espacio y sonido para poder colocar a mejores bandas y poder realizar una programación fabulosa. El año pasado pudimos disfrutar de Rufus T Firefly o de Varry Brava. Y este año, aunque inferior sobre el papel, tampoco se queda atrás.

Fran González

Fran González

Redactor

Fernando Tello

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La noche estaba cayendo cuando se dio el pistoletazo de salida. Disco Las Palmeras! es un trío gallego que después de formarse hace algo más de diez años y tras múltiples cambios en la formación han llegado a ese punto de poner absolutamente todo en liza. Sonidos distintos en su cuarto disco, “Calida” (Sonido Muchacho, 2018), hacen que la banda transforme su forma de pensar y encuentren numerosas influencias buscando nuevas recetas en las que demostrar todo lo que valen. Y en directo lo demostraron, ante un público todavía escaso, pero que poco a poco se iba animando. Todavía el calor estaba muy presente y eso se notaba.

Y el turno le llega a Triángulo Inverso. Abrumados por la entrega del público, que ya se iba acercando al escenario para degustar lo que se venía encima. Todavía les queda rodaje a la banda madrileña. Estos conciertos les sirven para disfrutar y seguir en la buena línea.

La banda donostiarra Correos a vuelto con “Terapia, Terapia” (Warner, 2018). Podríamos decir que han sido los cabezas de cartel de esta fiesta de bienvenida y así lo demostraron encima del las tablas. Con su uniforme al más puro estilo The Hives, fueron desgranando en sus 45 minutos escasos su último trabajo y hits anteriores, a guitarrazo limpio. Comenzaron fuertes planteando la historia de Correos, sus canciones más conocidas, de sus discos anteriores y terminaron a lo grande, para que el público se deshiciera ante ellos, y así fue. Son todo aptitud y eso es mucho, y además suenan a banda consolidada. Otro claro ejemplo de evolución con ganas y con mucha calidad.

Y para terminar, antes de los premios de los disfraces, era el momento de la parte más bailable de la noche. Kid Simius llega desde Alemania para ofrecer lo que sabe hacer. El granadino tuvo que migrar hacia Berlin para poder ejercer su pasión, la música y una carrera relativa a ella. Y, aunque, para mi, siempre suenan los temas a repetitivos, las dosis de electrónica estaban servidas en el final de la noche y la mayoría se las tomaron sin rechistar. José Antonio y su hermano se mostraron activos encima del escenario ofreciendo una sesión muy berlinesa y llevando al Sonorama a otra dimensión, que está cada vez más presente en todos los festivales. La de la electrónica pura, sin mezclas.

Y los disfraces subieron al escenario Desperados del camping del Sonorama. Fue difícil la decisión del jurado, o eso dicen. Cada vez el público está más metida en cosas como éstas. El festival de Aranda es un clásico en estos menesteres y este año el nivel ha subido bastante. Los premios para E.T., extraordinario, y Narcos en categoría individual. Los Picapiedra y los Sonoramish en la grupal y a los Power Rangers y los dinosaurios en la de parejas. Todos contentos con su abono VIP y con subir al escenario a bailar los temas que coreaba el público sin que hubiera mañana.

El Sonorama comienza y mañana ya tenemos nuestro primer día grande. Nos espera la plaza del Trigo y una larga lista de artistas por las calles y por el recinto de conciertos. Huele a otra página de las enmarcadas en la historía de este longevo festival.