Madrid, 6 de junio de 2025. Sala But. Sound Isidro

Los sevillanos Pony Bravo volvían a Madrid para continuar presentando su último LP “Trópico” (2024, Telegrama Cultural) dentro del ciclo Sound Isidro.

Inmersos en la gira Trópico repetían en la sala BUT tras su actuación del pasado octubre. Esta vez, y sabiendo que sus conciertos serán contados este 2025, no desaprovechamos la oportunidad de disfrutar de una de las bandas más atrevidas, emblemáticas y necesarias del panorama musical. Quizás por la cercanía de su anterior visita o por la coincidencia con multitud de eventos el mismo viernes la sala, en esta ocasión, registraba algo más de media entrada.

Pakito Serrano

Pakito Serrano

Redactor

Daniel Alonso, Pablo Peña, Darío del Moral y Raúl Pérez, ya totalmente integrado como cuarto componente, se acompañaron de Javi Álvarez y Javier Díez-Ena al vibráfono y theremín respectivamente, quienes ya participaron en la grabación de “Trópico”, un disco en el que profundizan en nuevos géneros musicales para seguir sonando a ellos mismos. Su inclusión en el directo es todo un acierto ya que permite incluir el sonido de sus instrumentos en vivo sin tener que recurrir a grabaciones y por la oportunidad de poder disfrutar y admirar sus virtuosas capacidades con estos instrumentos “raros” que rara vez son utilizados en conciertos.

El grueso del concierto estuvo centrado en los temas que conforman el último disco, entre los que se encuentran algunos como “Linda”, “Jazmín de Megatron” o “C’esc Chic C’esc Bon” ya convertidos en clásicos de la banda de culto. El estilo marcadamente “exótica”, con elementos “lo-fi” y ritmos “synthwave”, de las nuevas canciones sitúan al público en una mecedora colgada entre dos palmeras al borde del Guadalquivir con tu séptimo rebujito en la mano. Una buena gozadera.

En la más de hora y media de actuación hubo tiempo también para bailar y deleitarse con grandes éxitos como “El político neoliberal”, “Ibitza”, “Rey Boabdil o “Noche de setas” que fueron recibidas con euforia desmedida. La banda, una vez más, impecable en sus interpretaciones y potente en su sonido, demostró perfecta sincronización y una especial querencia por el gozo sobre las tablas. No hay otra manera de llevar las canciones de Pony Bravo al directo.

El combo “Totomami”, “Rave de dios” y “Mi DNI” para los bises nos entregó un final de concierto apoteósico, muestra del lado más festivo y jaranero de unos Pony Bravo, un final que se inscribe en el lugar de nuestra memoria donde almacenamos los mejores momentos de conciertos y en el que los Pony ya tenían un hueco importante.