Bravo Lahoz se presenta a lo grande, con disco homónimo bajo el brazo y surcos que desprenden luz entre las grietas. Encrucijadas a fuego lento donde Lou Reed hace pactos con Nietzsche, con ecos de Fernando Alfaro y una cuidada producción que en ningún momento enmascara la verdad poética y crudeza de ocho canciones a corazón abierto.

Javier Bravo Lahoz dejó hace algún tiempo el centro de Madrid para refugiarse en su sierra norte. También se alejó de las baterías de bandas de Post-Punk y Hardcore para adentrarse en formas de percusión de antaño. Ahora nos trae su primer álbum, un trabajo realmente inclasificable, Pop Rock de autor desde una perspectiva inaudita, con un punto tan freak como entrañable. Una propuesta de lo más interesante.