DISCO DEL MES DE SEPTIEMBRE DE 2022

Dirty Hit

Pues ha llegado el momento de decirlo abiertamente, estoy mayor. Ya no me sorprende nada, esto te lo da la experiencia, ya os llegará. Atrás quedan esas horas con cascos, por los que ahora he perdido algo de oído, escuchando, o más bien, descubriendo sonidos nuevos. No porque las bandas hicieran algo nuevo, era yo mismo, el que descubría esos sonidos. La juventud te marca, y bandas que escuchas y te fascinan en esa época, tus primeras bandas, quizás ahora no son tan de emoticono de corazones de “Wathsap” en este siglo.

Fernando Tello

Fernando Tello

Redactor & Photo

En los noventa, y ahora, yo era un apasionado del pop y del punk a partes casi iguales. El resto era el Grunge de Seattle y lo que comenzaba a ser el britpop. Todo se vendía con una denominación, en las tiendas de discos donde iba a comprar los llamados discos compactos, y esa etiqueta no era otra que “indie”. La etiqueta se hizo tan grande que acabó por extinguirse. Bandas como “Belly”, “The Breeders”, “Elástica” o las “Veruca Salt”, bandaza (corazones infinitos), compartían estantería con Offspring, Green Day (Dookie), o Blink-182.

Me alejé de esos sonidos en los principios del 2000, bueno, realmente me abracé a otros, me hice un pureta, o eso creía yo, todo lo nuevo me parecía comercial. No llegué a Avril Lavigne o los primeros pasos de My Chemical Romance. Son épocas. Siempre vas a querer escuchar un tema de los Ramones, porque te los sabes todos, pero no estás todo el día dando la vuelta a la tostada, veinticuatro horas non-stop ramoneando.

Pale Waves firman su tercer trabajo, alejándose un poco de lo inicial, de esos fallos de los inicios, madurando su sonido hasta facturar un disco muy completo, una montaña rusa de sonidos y emociones. Cuidado por Zakk Cervini, productor de Blink-182, que le ha dado su cariño y parte de esa magia que en los noventa les transmitió a los norteamericanos. Las letras ahora no son las de los grupos del inicio del pop-punk, simples y livianas. Los de Manchester hablan de celos en “Jealousy”, el suicidio en “Without You” o la implicación del movimiento LGTBIQ+ y la identidad de género. Heather Baron-Gracie se muestra confiada y con una potencia de voz y marcado de tiempos en línea con ser estrella futura del rock. 

Atrás quedan los sintetizadores de su primer trabajo, para dejar paso a guitarras crudas y con alto grado de distorsión y velocidad con pausas que funciona en los directos desbocados donde Heather tiene que ser la diva de una banda que tiene que seguir creciendo para el deleite de sus fans.