DISCO DEL MES DE NOVIEMBRE DE 2022

Domino Recording

Cuatro años desde sus anteriores alaridos es lo que todos hemos estado esperando el nuevo trabajo de los ingleses niños precoces en sus inicios. “Tranquility Base Hotel & Casino” (Domino, 2018) fue la base que les aportó la tranquilidad de que estaban haciendo lo correcto, lo que les pedía el cuerpo, lo que querían hacer. Ahora lo ratifican y vuelven a seguir la misma línea, con más elegancia, con un aporte vintage que les traslada de golpe a los años sesenta.

Fernando Tello

Fernando Tello

Redactor & Photo

Alex Turner ha cocinado “The Car” con su arma más potente, su voz, ondulante, contundente que se ha hecho mayor y hace que las canciones cobren una nueva dimensión. El falsete se apodera de un disco en el que, el cada vez más Crooner, se sincera de una manera épica. Todo se refuerza con el hilo musical, la orquesta de fondo, que potencia todo en uno de los mejores discos del momento. La base vuelve a ser el piano, de ahí salen todas las canciones y no la guitarra como en los primeros escarceos musicales de la banda. Sí, venga, lo decimos, todos anhelamos “AM” (Domino, 2013) y mucho más “Whatever People Say…” (Domino, 2006), pero sería nefasto que Arctic Monkeys siguieran con lo misma línea de hace dieciséis años. Las letras son simples, incidiendo en el menos es más y consiguen que el resultado final sea, otra vez más, de unas proporciones mayúsculas. 

“The Car” es un disco lleno de amor y de dudas, de mirar con desesperación al pasado, con melancolía, de girar para contemplar el presente y de marcar el sonido que será el futuro de una de las bandas más importantes de la historia reciente de la música. Todo lo que hacen quedará para el recuerdo y eso no les preocupa, ellos van a seguir a lo suyo. Fabricando lo que les da la gana, con esa independencia que tienen desde su primer trabajo y que les llevó a lo que ahora son, desde el minuto uno de sus primeros trabajos.

Los arreglos de cuerda se vuelven sublimes y todo en un ambiente de Lounge Bar que hace que entres en la nueva casa de Arctic Monkeys y te encuentres tan a gusto que no quieras salir de ella ni por todo el oro del mundo. Da igual donde te lleven, Los Ángeles ya no parece el destino, se asoma Sheffield, y sobre todo, aparece la Riviera Francesa, su destino actual. Llena de espías ingleses, porque rezuma «Vodka martini. Shaken, not stirred” por los cuatro costados.

Los que quieran volver a escuchar a esa banda que deslumbro con sus poderosos y frenéticos riffs de guitarras a mediados de la década del 2000 sólo tienen una opción, tirar de plataforma de streaming, para volver a oírlos. A los que nos gustan los cambios y las evoluciones estamos encantados, viendo que fue duro el virado, pero que después de siete largos, siguen siendo los mismos, una banda de arriba a abajo, con una clase que sólo pertenece a unos pocos.

Canciones como ‘Body Paint’, ‘There’d Better Be A Mirrorball’ o incluso ‘The Car’ tienen un toque transcendental que quizás las haga destacar sobre las demás, dando a Turner un giro de melodrama que le sienta como un guante. “Sculptures Of Anything Goes” tiene trazas grandes de los tonos de “AM” e incluso de “Hamburg”, con una base que te envuelve todo el tema. “Perfect Sense” es el cierre perfecto, que deja abierto el disco para que llegue lo siguiente que seguro que será extraordinario, en el filo de la navaja siempre, pero con la elegancia que siempre han tenido Arctic Monkeys. Los diez temas de “The Car” han sido compuestos en su totalidad por Álex Turner. El disco ha sido producido por James Ford y grabado en Butley Priory, Suffolk, RAK Studios, Londres y La FretteParís.