DISCO DEL MES DE MARZO DE 2022

Oso Polita

Todo empezó con Egon Soda. Quizás esté mal planteada la frase, pero cuando se habla de una superbanda, donde se reúnen grandes músicos, siempre entra en escena Egon Soda, pero la banda nació en la unión de tres compañeros de instituto a finales de los 90, cuando las superbandas eran otra cosa. Este es el quinto, la estructura se repite, pero las formas no. Ahora el disco es diverso. Como ellos mismos dicen, es un disco hecho por amigos y eso es lo que pasa cuando las cosas se hacen así, con corazón, con cariño y sobre todo, con mucho gusto. Sin implicaciones de terceros, sin carreras, sin imposiciones. 

Fernando Tello

Fernando Tello

Redactor & Photo

La voz desgarrada de Ricky Falkner se llena con las letras de Ferran Pontón, preciosas y precisas, delicadas, puntada a puntada, para hilvanar cada canción, una a una, para hacer un conjunto compacto y diverso, con alma individual. Y con el remate de una banda de las mejores que tenemos en nuestro país. Suenan muy ricos, con mucho colorido, con una firmeza inusitada. Se han saltado los géneros. Bellaurora puede ser muchas cosas, ellos nos lo insisten, y así es el largo que han fabricado, diverso, diferente, con marcada personalidad, de esa que se necesita ahora para poder enviar a fabricar un vinilo único, con doce brutales canciones.

Bellaurora es un barco encallado en Galicia, con esos golpes de mar que hacen que la tragedia , que la hay, se pueda tornar en felicidad por haber salvado la vida y que lo puedas contar. Así se llamaba un travesti de Lavapiés, salvando todas las dificultades que se le ponían por delante, pero sucumbiendo al final a lo más sencillo, un alcoholismo que se convierte un un problema. Algo hecho familiar que se torna en problema. Bellaurora es un cocktail dulzón de los que entra de primeras y se digiere bien. Es el caballo de Postín, un payaso tuerto, días de gloria que ahora se tornan finales, es un cambio de tendencia. Es un disco distinto, un grito de luz en una época en la que todos los días son noches, y todas las noches siguen siendo oscuras, y necesitas agarrarte a lo que sea. Se disfruta desde el principio y camina hasta el final con ganas de volver a repetir.

La banda nació de la mano de Falkner, Molero y Pontón. Desde entonces, el grupo ha ido nutriéndose de las diversas experiencias musicales de sus miembros y de la incorporación de nuevos componentes: primero, Garrido, con el que grabaron su primer LP, Egonsoda (Cydonia, 2008), después Bautista y Lavado, con quienes han publicado El hambre, el enfado y la respuesta (Naïve, 2013), Dadnos precipicios (Naïve, 2015) y El rojo y el negro (Heart of Gold, 2018). Las carreras individuales de cada uno de sus miembros (Falkner en Love of Lesbian, Iván Ferreiro o Standstill, además de una dilatada carrera como productor; Bautista con Jero Romero, Xoel López o Tulsa, entre otros muchos y diversos proyectos de producción; Lavado con Standstill, Nudozurdo, Mi Capitán o The Secret Society; Molero con Iván Ferreiro, Inspira, Zahara, Mucho y un sinfín de discos que cuentan con sus baterías; Garrido con The New Raemon o Beth; Pontón en Mi Capitán) les han conferido la propiedad de tener a Egon Soda como su casa, donde se pueden desarrollar musicalmente a sus anchas y sin más objetivo que disfrutar con la música y construir un discurso propio sin limitaciones ni complejos. Ahora queda otro de sus puntos fuertes, el del directo en una gira de salas que esperamos con las ganas que hemos tenido para esperar su nuevo trabajo.