DISCO DEL VERANO DE 2022

XL Recordings

Esto no es una sonrisa al uso. Es una de las de genio. En este caso, de Thom Yorke, alma de los inigualables Radiohead y que ahora pasa su tiempo haciendo perlas para su nuevo proyecto. No está solo. Se acompaña de la otra pata creativa de Radiohead, el creador de bandas sonoras, Jonny Greenwood, que aporta las guitarras como si fueran telas, una encima de otra, no faltan los sintes y esos fondos orquestales, capas y capas de sonidos. 

Fernando Tello

Fernando Tello

Redactor & Photo

Y sobre todo esa voz de Yorke, con sus gemidos y resistencia punk, de mal despertar. A las baterías está el tercero en discordia, Tom Skinner, apuntado a proyectos de raperos, funk y jazz, como Sons of Kemet o Met Yourself Down.

A los mandos de la producción y el control de cada pista se encuentra Nigel Godrich que hace que al final los sonidos de The Smile suenen al hermano mayor. Lo tengo claro, si hubieran sacado esto con Radiohead, nadie se hubiera sorprendido y estaríamos hablando de uno de los mejores discos de la banda de Oxford, pero esto es The Simple y se disfruta mucho por parte del oyente y mucho más por parte de la banda, sin la presión de ser un disco de una de las mejores bandas de la historia de la música.

The Smile nos ha abierto las puertas de la casa donde ha fabricado el disco, para que todos viajemos a su mundo, su abstracción y su entorno, cambiando de habitación con cada corte y viendo que todas son distintas, pero con ese toque de la banda madre. No existe habitáculo malo, todos son notables y hacen un conjunto que te deja con un sabor y regusto inolvidable, con la sonrisa puesta durante un rato largo, con ganas de volver a dar al play.

Quizás, para un cuarentón como yo, uff, que vio a Radiohead en directo en plena efervescencia del “Ok Computer” (1997, XL Recordings) después de viajar por los sonidos de “Pablo Honey” (1993, XL Recordings) y “The Bends” (1995, XL Recordings) innumerables veces, sea “You Will Never Work in Televisión Again” la que acerca esas guitarras que nos cautivaron. La línea de bajo de “The Smoke” es épica, de las que estás deseando escuchar en directo. “We Don’t Know What Tomorrow Brings” es todo un pepinazo en el que se meten de lleno en el post-punk, algo que realmente no nos esperábamos y que aviva la llama de pleno.

El Yorke mas íntimo aparece en “Pana-vision”, piano y gran ritmo de batería incluido, y en “Free In The Knowledge”, una balada acústica en las que demuestra su grado de abstracción para componer pelotazos desde la nada con capas y capas, las justas, sin que sobre ninguna. “The Same” y “Waving a White Flag” nos acercan a los juguetes electrónicos que manejan con maestría para crear ese ambiente que te envuelve como un cúpula de cristal. “The Opposite” tiene un sonido de batería de jazz que rebosa por los lados pero con unos riffs de guitarra que solo Greenwood podría hacer y ejecutar con esa intensidad y majestuosidad. Como en “Thin Thing” donde la guitarra sostiene la canción como si de un pilar de un edificio se tratara. Realmente es el primer disco de una banda pero lo que aquí se traduce es el trabajo de tres músicos que hacen lo que quieren en todo momento sin pedir nada a cambio, sin esperar mucho más, sin saber si habrá un segundo, poniendo en el mercado un producto ordenado y con mucha cabeza que quizás sea el disco del año.