Maria Grau Piqué

Redactora

DISCO DE JUNIO DE 2017

Warner Music Spain

Ha vuelto a escena el que probablemente es el mejor grupo de la escena musical catalana (y en catalán): Mishima. Ara i res es su octavo trabajo, un disco que se aleja un poco de los sonidos mezclados que hacían que David Carabén tuviera que gritar para que su voz fuera escuchada, de los grandes aullidos de lobos y de aquellas enrevesadas metáforas. Ara i res es un disco que te planta la verdad en la cara i produce una especie de vértigo suave, para nada agitado, pero directo y tembloroso. Y es que los Mishima han superado la barrera de los 40 años, y precisamente de eso va el álbum, de haber llegado a entender la vida como algo que puede ser comprendido de múltiples formas. Ara i res es un trabajo que habla de la madurez, del tiempo y de la ambivalencia de la existencia misma, representado de un modo bellísimo con las imágenes que decoran el disco físico: una imagen difusa de lo que podría ser un recuerdo tan feliz como triste.

Foto: Leila Méndez

Mishima nos vuelve a hablar de amor romántico y de las situaciones cotidianas de la vida, aunque esta vez se despojan de aquellas enrevesadas metáforas para poner orden real en su aventura y hacer canciones más narrativas, cuentos más explícitos. La claridad lírica se suma a la instrumental, generando un sonido concreto y fino sin perder jamás la elegancia que caracteriza esta banda. Ara i supone la maduración de una banda que tiene las cosas más claras que nunca, que entiende perfectamente su estilo y lo explota sin caer en la burda repetición o en un plano aburrimiento.

Y así les ha quedado un trabajazo indiscutiblemente asombroso. Tiene esas dosis de vacío y de caída que produce la madurez, en temas como “Menteix la primavera” o “Tot són preguntes”; compensadas de algun modo con temas como “Posa’m més gin, David!” o “Qui més estima”, que no dejan de tener un regusto amargo, de caída, de vértigo.

Aunque echamos de menos aquellos momentos de escape que tenían canciones de discos anteriores, como los coros de “No Obeir” (L’amor feliç, The Rest is Silence / Warner Music Spain, 2012) con los que revienta el público en todos los directos o los famosos aullidos de “Tot torna a començar” (Ordre i aventura, The Rest is Silence / Warner Music Spain, 2010); está claro que Mishima se han convertido ya en un grupo de culto. La banda catalana sigue creando, con una maestría sublime, unos ambientes inconfundibles acompañados de un catalán cuya fonética es casi más poética que la forma en sí, y unas letras que, más sencillas o más líricas, se clavan bien adentro y no dejan a nadie indiferente.