Teresa Gómez

Teresa Gómez

Redactora

DISCO DEL MES DE DICIEMBRE DE 2017

Pequeño Salto Mortal

Hace unos días decían Vetusta Morla que, si de algo no les puede acusar la crítica musical en este su cuarto álbum de estudio, es de no arriesgar y de seguir haciendo lo mismo. Desde luego, eso es algo que muchos aventuramos tras el lanzamiento de su primer single, “Te lo digo a ti”; que los de Tres Cantos volvían con fuerza, que nos encontraríamos con un álbum menos lírico y más musculoso. Ese coqueteo con el kraut-rock —que tan bien les está funcionando a bandas como León Benavente—y ese videoclip potente y sorpresivo auguraba una vuelta de tuerca.  Para alivio de muchos de sus fans, el segundo adelanto de Mismo Sitio, Distinto Lugar (Pequeño Salto Mortal, Sony, 2017), llegó como reivindicación de que los Vetusta “más Vetusta” siguen aquí.

Y es que ellos mismos hablan del simbolismo de Mismo Sitio, Distinto Lugar como precisamente eso: un intento de dar un paso adelante sin dejar a un lado sus señas de identidad como banda. Un paso adelante en sonido, en arreglos, en letras, en su propia evolución personal. En diversas entrevistas han confesado que en estos 10 años desde su ya álbum de culto Un Día en el Mundo (Pequeño Salto Mortal, 2008) todos se han embarcado en diferentes proyectos paralelos, han vivido las mismas y diferentes circunstancias vitales, que les hicieron afrontar el proyecto de composición de este último disco desde puntos muy diferentes. Sin embargo, como ellos mismos afirman, su voluntad común era la de dejarse llevar y jugar con el proceso de producción y post-producción hasta confluir en un mismo lugar, sin dejar de lado la evolución personal de cada uno de sus miembros. Para eso se pusieron en manos de Campi Campón a la producción y grabaron en los estudios Hansa de Berlín, ciudad que por su particular aura y la atmósfera, convirtió el proceso de grabación en algo diferente.

Mismo Sitio tiene todo eso que lleva una década enganchando a sus fans y que les hizo llenar el madrileño Palacio de los Deportes con 15.000 seguidores hace dos años: estribillos coreables (como en “Palmeras en la Mancha” o “La vieja Escuela”), melodías bonitas , letras afiladas a la par que líricas, crítica social (“El Discurso del Rey”), ritmos de estadio (“Te lo digo a ti”), baladas marca de la casa (“Consejo de Sabios”) y ese acercamiento a composiciones folclóricas que ya vimos en discos anteriores (aquí en la maravillosa “23 de Junio” en forma de vals). Sin embargo, el salto cualitativo ha venido sin duda en la mezcla, a lo que ha contribuido la labor de Dave Fridmann, habitual de grupos como Flaming Lips o MGMT. Los sintetizadores, los arreglos, la exploración de texturas de las que Vetusta Morla goza en este disco están al alcance de muy pocos grupos españoles hoy en día. Desde luego, ayuda tener un monstruo como Sony detrás, pero tras la escucha del disco seguramente que muchas bocas se habrán acallado que vaticinaran el pase de Vetusta al lado “oscuro” del mainstream y los 40 principales. El apoyo de la multinacional discográfica se ha materializado en un salto de gigante cualitativo a nivel sonoro y que confirma algo que ya veníamos sabiendo desde hace tiempo: que los madrileños juegan ya en otra liga, una que empezó hace tiempo a nivel local en bares de la capital y que más pronto que tarde les llevará, seguramente, a llenar estadios de fútbol.