The office convertida en un reality.

Con esta presentación a mí ya me tendrían. No tendría que leer ni saber absolutamente nada más sobre Jury Duty, nuestra serie del mes, para saber que me lo voy a pasar en grande viéndola.

Amazon rodó en secreto durante la pandemia esta rareza a mitad de camino entre el reality y la sitcom que ha resultado un auténtico pelotazo en visionados e incluso en nominaciones.

Borja Peinado

Borja Peinado

Redactor

La historia es muy sencilla, se trata de un falso juicio en el que todos los personajes son en realidad actores. Cámaras hasta en el último rincón del juzgado y solo un primo que no sabe absolutamente nada de lo que está pasando.

Ronald Gladden encontró un anuncio en Craigslist para formar un jurado que iba a ser grabado para un documental, lo que no sabía, obviamente, es que ser uno de esos 12 hombres sin piedad le iba a convertir en Truman Burbank.

Desde el primer momento ocurren todo tipo de situaciones bizarras que van a poner a prueba a Ronald. Es realmente increíble que no se destape todo hasta el final del juicio y la explicación es la maravillosa persona que nuestro “anónimo” protagonista resulta ser. Hay ocasiones en las que da auténtica pena que no sea todo real por los vínculos que Ronald llega a crear con algunos de sus falsos compañeros.

Para darnos cuenta de la dificultad del guion y de llevarlo a cabo en tiempo real, tendremos que esperar al último capítulo. Y ahí es donde entenderemos la grandeza de este héroe involuntario.

El elenco que forma parte de Jury Duty lo componen actores semi profesionales y algunos que ya después sí que hemos visto en alguna producción más o menos conocida, como es el caso Meki Leeper(Sex lives of College girls). Todo el mundo ralla a un nivel casi perfecto para que el pichón engañado no sospeche y solamente hay un actor en Juy Duty que nos sonará de sobra. Gran parte de culpa del surrealismo y de la maravillosa comedia de la serie la tiene él, James Mardsen. Habíamos visto antes a Mardsen en muchas ficciones como X-Men, Westworld o Dead To Me. Aquí da una auténtica lección de comedia. La versión de sí mismo que se crea en este mockumentary, la de un actor inseguro y narcisista, es para no dejar de reír. La aportación de su meta personaje es primordial, ya que suya es la culpa del gran punto de giro de esta historia, el encierro de todo el jurado, como cuando Homer y Skinner compartieron habitación en el juicio del sobrino del alcalde Quimby.

Aquí en España, Amazon estrenó en agosto esta hilarante rareza, por supuesto, casi sin ruido, para ser fieles a la tradición. Es perfecta para un atracón en septiembre, para intentar superar todos los síndromes chungos que acompañan a este mes post estival.