Después de la incomprendida Doctor Portuondo y la, no sé ni cómo referirme a ella, controvertida Autodefensa, Filmin ha producido la más redonda de sus originales, Selftape.
Joana y Mireia Vilapuig son las autoras de esta contundente maravilla, no tengo dudas, es de lo mejor de 2023 a todos los niveles. Y es que si a una buena serie le pedimos que esté bien escrita, dirigida, interpretada y que sea honesta consigo misma, todo esto es Selftape.
Borja Peinado
Redactor
Joana y Mireia fueron actrices precoces en esa serie juvenil que pertrechó el almibarado Albert Espinosa. A nivel nacional tuvo cierta repercusión, pero nada comparado con el éxito que tuvo en Cataluña. Después del éxito, tuvieron que enfrentarse al devorador mundo actoral, con el agravante de ser dos hermanas parecidas físicamente que a priori compiten por los mismos papeles. No quiero ni imaginarme lo que tuvo que suponer eso en su relación. Sobre esto debe haber mucho de verdad en la serie, dicho por ellas mismas, 50/50.
¿Qué han hecho estas dos actrices ante el duro y desolador panorama de la actriz que tiene que mandar sus seltapes a las agencias de casting? Pues ponerse a guisar ellas mismas. Leí en una entrevista que antes de ponerse a escribir, Joana y Mireia se empaparon bien de referentes femeninos en ficción. Series de otras grandes creadoras como la noruega Young and Promising, I may destroy you de Michaela Coel y, por supuesto, el Fleabag de Phoebe Waller Bridge. Hay algo de todos esos referentes en Selftape, lo que la hace realmente especial. Sus autoras han mezclado todas esas influencias y lo han pasado por un filtro tan personal y sensible que a veces abruma.
La historia nos es diferente de muchas autoficciones. Narra un fragmento de sus vidas, real o ficticio, en el que su relación se vuelve a ver afectada por un enfrentamiento por un papel. Lo crucial ahora es que el impasse de su vida en el que se encuentra es de tomar decisiones sobre por dónde seguir. Si ya es difícil a veces tomar caminos en la juventud, sumemosle a lo que una actriz mujer joven se enfrenta en cuanto al patriarcado imperante. Por supuesto, no es exclusivo de las actrices, todo lo que sucede en Selftape se extrapola a la sociedad. Y además todo sucede sin brocha gorda y fruto de un guion muy bien hilvanado.
Mucho talento joven envuelve a toda la producción de Selftape. En dirección y en foto, por ejemplo, Bárbara Farré y Lucas Casanovas, que ya han trabajado para el colectivo Canada en videoclips de estrellas como Rosalía o Tame Impala.
Es una auténtica sorpresa encontrarse con una ópera prima de tanto nivel. La temporada de seis capítulos se ve prácticamente de un tirón. La pregunta ahora es si Filmin renovará para una segunda temporada, lo que no parece en este tipo de series o si Joana y Mireia seguirán tirando por guisar para ellas mismas, ojalá que sí.