Juanra Fernández
Redactor
Sheila Ponce
Redactor
Cuando la música termine apaga las luces, con esta frase Jim Morrison poetizaba el estribillo de una de sus canciones más populares. Jim Morrison, el poeta maldito del rock que nos dejó un verano de 1971, el mismo año en el que nació el que probablemente ha sido el mejor programa de música de nuestro país, ‘Disco grande’. Cincuenta años lleva la eterna voz juvenil o incluso adolescente, del chamán de la radio, Julio Ruiz, acariciando las ondas como preludio a las canciones fundamentales de nuestra vida. Esa voz inconfundible que se quedó fijada en el tono sincero de un muchacho de dieciocho años y que se ha resistido a envejecer. Esa voz que cada tarde nos acercaba a la mejor música actual y que nos ayudaba a recordar y celebrar las efemérides del rock o del pop. Esa voz que nos ha hecho tan felices, que nos ha abierto los oídos a las tendencias y que nos ha descubierto lo que todos necesitábamos oír. Julio fue el maestro de las G.A.T.O para la posteridad y afortunados somos los que pudimos acompañarle alguna tarde en su estudio de la Casa de la Radio.
Julio, para nosotros, ‘Das Model’, ha sido nuestro mentor. Como si se tratase de un viaje épico bajo la estructura de Campbell, él nos sacó del mundo ordinario y nos empujo a cruzar el umbral hacia el mundo especial. Una tarde de hace dos años pinchó por primera vez uno de nuestros temas y lo convirtió en el primer single. A partir de ahí surgió una amistad fortalecida y agradecida por la gran admiración previa que profesábamos hacia él. Conocerle en persona fue como un encuentro místico con un dios olímpico que dominaba los corazones y las sensaciones de los oyentes. Nos entregamos a él de manera inmediata y nos dispusimos a servirle como adeptos el resto de nuestra vida.
Pero parece que su deidad no es eterna, o quizá solo sea su reino en las ondas el que esta semana se termina. Julio Ruiz, como un simple mortal, debe retirarse del micrófono, alguien ha cometido el tremendo error de dictar esa sentencia jubilatoria. Un error que nos deja huérfanos de música. Radio 3 se queda coja, pero no es una cojera normal, es una cojera insostenible. Cincuenta años en antena es la mejor garantía de que algo gusta y por ende funciona.
¿Qué vas a hacer amigo Julio? ¿A dónde te vas?
No podemos imaginarte retirado y alejado de la segunda de tus pasiones, la música, ya que la primera es tu Atleti. Déjanos seguirte para escucharte, déjanos oír el grito de la mariposa como decía Morrison.
Somos tuyos Julio y siempre lo seremos…