Rafael del Campo

Rafael del Campo

Redactor

FOTOS DE Jaime del Amo

Si algo pegaba fuerte en el renacimiento era la música vocal, composiciones polifónicas de 3 a 6 voces y sin acompañamiento instrumental, se convirtieron en verdaderos HITs de la época: Suzanne ung jour, Vestiva i colli, Doulce Memoire o Ancor che col partire, originalmente vocales, fueron versionadas por los grandes compositores de la época, en formatos tan diferentes como misas paródicas o piezas instrumentales. 

Las razones para esta supremacía de la música vocal sobre la instrumental, tiene que ver con el nacimiento de la polifonía y la constitución de Capillas Cantores junto con su profesionalización en los grandes centros religiosos. La música instrumental, aún con instrumentos poco desarrollados técnicamente, pertenecía a un ámbito más doméstico, no existiendo la orquesta tal y como hoy la conocemos, siendo las agrupaciones instrumentales realizadas ad hoc según los músicos disponibles. Pero la mejora en la construcción de instrumentos, la aparición de tratados sobre la interpretación de los mismos, la creación de familias instrumentales, y su inclusión en la liturgia, hicieron que la música instrumental ganara terreno poco a poco a la vocal hasta dar paso en el Barroco al fenómeno del virtuosismo y la ampliación de los límites de la técnica instrumental.

Este viaje musical de más de dos siglos es el que ofreció Audi Fília – Música antigua en el concierto De la Canzona a la Sonata del pasado sábado 6 de marzo, dentro del XXX Festival de Música Sacra y Antigua de Getafe. Ángel Cervera (Flautas de pico), Alberto Campanero (Viola da gamba) y Rafael del Campo (Clave) abordaron, con instrumentos y criterios historicistas, un programa con obras de Cipriano da Rore, Girolamo Frescobaldi, Bartolome Selma y Salaverde, Diego de Ortiz, Juan Sebastián Bach, Diogenio Bigaglia o Georg Friedrich Händel.  

La Iglesia de la Inmaculada de los Padres Escolapios de Getafe, ejemplo de arquitectura del barroco tardío madrileño, dispuso el clima y sonoridad apropiados para disfrutar de esta travesía musical, en la que, a pesar de las restricciones sanitarias, se hizo notar el calor de un público deseoso de música en vivo.