Murcia, 27 y 28 de octubre de 2024. Nueva Condomina
Creo que cada vez somos más los que nos congregamos el último fin de semana de septiembre en Murcia para celebrar ese festival de conciertos que es el Visor Fest. Como quien prepara un viaje en verano y, mientras lo hace, va transportándose a los sitios que visitará sin que haya empezado aun el viaje, así se viven los grupos que anuncia durante el año el Visor Fest. Estar seguro de que los vas a ver y no va a ser un repertorio corto de festival emociona a cualquier amante de la música en directo.
Santi Hernández
Redactor
Loles Ureña
Redactora & Photo
El primer día se encargaron Sad Lovers And Giants, Camera Obscura, The Mission y The Charlatans. Los primeros comenzaron a la hora más difícil de la jornada y ofrecieron un concierto que fue de menos a más, con la afición totalmente entregada y un final por todo lo alto. Camera Obscura volvieron a reunirse una década después para interpretar ese pop preciosista clásico escocés que sigue tan vigente como cuando fue creado. Estáticos y centrados en lo que tenían que hacer, dieron un concierto de muchos quilates, haciendo sonar todos los clásicos que esperaba la afición. The Mission no se anduvieron con medias tintas. Desde el principio pusieron sobre la mesa su propuesta gótica post-punk y no dieron oportunidad a que las primeras filas dejaran de vibrar. Por último, la guinda del pastel, The Charlatans. Mr. Burgess salió al escenario con su pelo decolorado, su típico jersey de punto dado de sí que parece sacado de la peor charity shop británica y su inapelable actitud Madchester. Sabía que muchos se habían congregado a disfrutar de todos sus superéxitos y así hicieron. Repasaron toda su discografía, tocaron los clásicos y, como no podía ser de otro modo, se dejaron otros sin tocar.
Así acabó la primera jornada del festival que acabó decentemente a pesar de todas las dudas que suscitó el repentino cambio de emplazamiento. Se notaron muchas cosas por mejorar para otras ediciones, pero la que no podía quedar para otro año era el sonido. ¡Había que mejorarlo para el día siguiente a toda costa!
Al día siguiente nos congregamos un poco más de público para disfrutar de los platos fuertes de la edición de este año: Immaculate Fools, Gigolo Aunts, dEUS y Kula Shaker. La tarde más fresca nos sorprendió a más de uno y nos tuvimos que abrigar ya a las 8 de la tarde, justo cuando Kevin Weatherill, líder de los inmaculados, dio fe de ello al confesar que hacía fresco arriba en el escenario. Que un británico diga eso en Murcia es prueba suficiente de que estaba pasando de verdad. También pasó que la peor hora del festival creció como en el día anterior y cada momento fue mejor. El tono distendido, la actitud rockera y los buenos temas pudieron convencer a los que no estábamos muy seguros de si nos iban a gustar. Bien por Immaculate Fools. Y después del interludio musical siempre bien acompañados por los DJ’s, se subieron al escenario los Gigolo Aunts en su gira despedida. Quien escribe se ha acostumbrado a ver grupos power-pop del siglo pasado que en sus conciertos del presente bajan revoluciones, volumen y actitud en el escenario. ¡Nada más lejos de la realidad para los Gigolo! Sonaron compactos, enteros, rápidos, eficientes… perfectos. Antes de que empezaran su concierto, muchos fans hacían cola en la zona de merchandising para hacerse con la re-edición de Minor Chords and Major Themes que cumple 25 años. Solo estaban a la venta en los conciertos de la gira. No me digáis que no suena a clásico. Para este concierto,por no sé qué razón, tenían preparado un repertorio para tan solo una hora. Tras repetir varias decenas de veces que era la última canción, cuando se fueron a marchar vieron que la legión que les miraba no se movía ni tenía intención. Sea porque estaban a gusto o porque alguien de la organización les recordó que tenían media hora más, soltaron otros dos trallazos que, entonces sí, dejó a la gente tranquila y marcharon en paz. Es reseñable que mucha gente abandonó el recinto cuando acabaron ellos. Un descanso y adelante con dEUS. Es cierto que no se dejan caer demasiado por España y la propuesta desentona un poco con la propuesta general del festival (The Bluetones a esa hora habrían sido perfectos). No desaprovecharon su oportunidad de hacer uno de los mejores conciertos que he visto este verano. La creciente intensidad de todos los temas y la construcción desde lo más sencillo hasta la complejidad rítmica más alocada hicieron de la actuación de los belgas algo inolvidable. Como inolvidable es para mí Instant Street de ahora en adelante. Apabullante. Otro interludio musical y llega el plato fuerte: Kula Shaker. Decir que su concierto fue brutal, sería elegir un adjetivo con poca fuerza. Cuatro en el escenario, guitarra, bajo, batería y órgano hammond. Y ya está. Bueno, Crispian Mills, Allonza Bevan y Paul Winter Hart reunidos de nuevo para devolver al estatus de intensidad a una banda que recopila en sus primeros álbumes temas por los que parece que no ha pasado el tiempo. Con una propuesta siempre consecuente con lo que todo el mundo espera de los británicos, dieron un concierto memorable en la que mezclaron varios temas del nuevo álbum y los imperecederos clásicos. La puesta en escena estaba centrada en que todo el mundo contemplara cómo la máquina funciona y que el señor Mills canta, toca la guitarra y baila como tocado por la varita de alguna deidad hindú.
Y así acabó el festival con un segundo día memorable. El sonido de esa jornada fue IMPECABLE. Lamentablemente, el recinto, muy bonito para eventos de todo tipo, que desmerece al festival. A pesar de los esfuerzos de la organización por subsanarlos, esos escenarios sin pantallas de vídeo, largas barras cerradas (no era necesario tenerlas abiertas), zona de restauración tan alejada de los conciertos y la lejanía del recinto de la ciudad nos ha dejado una sensación agridulce. ¿Sabéis de esos festivales que de un año para otro quieren crecer exponencialmente y preparan un súper recinto que acaba siendo un fiasco y queda todo un poco desangelado porque apenas fue la misma gente que en ediciones anteriores? Esa es la sensación que nos llevamos del VisorFest este año, obligados por el repentino cambio de ubicación.
En cualquier caso, y este último párrafo es para ello, enhorabuena a la organización por intentar solventarlo. Ojalá el próximo año podamos volver a disfrutarlo. Sería el cuarto consecutivo.