Aranda de Duero, 12 de agosto de 2021

Sí, la vida es lo que pasa entre Sonorama y Sonorama, pero en esta ocasión ha pasado demasiado tiempo y demasiada poca vida. Pese a las circunstancias los sonorit@s hemos vuelto a ponernos las pulseras y al antiguo recinto en el que tan felices hemos sido.

Ciudadano Suárez

Ciudadano Suárez

Redactor

Fran González

Fran González

Fotógrafo

Bajo un sol de justicia el pistoletazo de salida lo dieron Cala Vento con su energía habitual. Cumplieron con la responsabilidad de saciar la sed de decibelios de los más madrugadores. Repasaron sus tres discos incluyendo una versión de “Fin de Ciclo” en la que el duo de Joan y Aleix sumó a un tercer componente a la trompeta.

El testigo lo recogió Nach. Rompiendo la propuesta que venía defendiendo en los últimos tiempos, volvió al sonido old school, montándose en un Delorean para revisitar desde 2021 sus más de 20 años de carrera que lo han convertido en una de las figuras más reconocibles del hip hop patrio.

El primero de los momentos en los que por primera vez parecía claudicar (más de) un año de mierda corrió a cargo de Sidonie. Saltaron al escenario sabiendo perfectamente quiénes son y dónde estaban. Era el momento y el lugar. Llegaron y ejecutaron, fascinando al personal con un concierto que se convirtió en una oda para aquellos cuya vida es la música.

Pero si hay un grupo que verdaderamente ha convertido Aranda en su condominio es Viva Suecia. Si su trayectoria es insultantemente exitosa, su paso por la Plaza del Trigo en la última edición del Sonorama terminó de ascenderlos a los altares de la escena. Conocedores de ello, saltaron al escenario dispuestos a dejar las concesiones para las autopistas. Hitazo tras melocotonazo, se volvieron a meter al público en el bolsillo sin renunciar al intelecto.

En múltiples ocasiones el trabajo de los djs suele pasar desapercibido, por ello, hay que reconocer la labor de Estereobrothers y, especialmente, We Are Not Dj’s que refrendaron su posición con temazos, remixes y mezclas imposibles que pusieron al personal al vapor para que rematasen la noche Los Zigarros. Otros que también hicieron lo suyo, rock and roll. Elegantes, sin aditivos, sonando como se espera de ellos y sorprendiendo a más de un despistado que todavía no se había dejado caer por su agujero. 

A estas horas nos disponemos a conocer Aranda durante el día sin actividades programadas por el festival. Damos nuestra palabra de informar puntualmente, también prometemos decir a todo que sí.