ORTIGA LEVANTA LA «OBRA SOCIAL» DEFINITIVA

El artista gallego presenta su tercer álbum en solitario, en el que recodifica, resignifica y expande el sonido de la música popular y verbenera

No hay espacio más íntimo, emocional y simbólico que encontrarse bailando la música con la que has crecido en las fiestas de tu pueblo, copa en mano (o sin ella). A ese espacio sentimental es al que lleva apelando ORTIGA desde sus inicios: el de recuperar y expandir la música de baile que apela a ese espacio popular y cultural de su Galicia natal.

Desde los inicios de ORTIGA (e incluso en su proyecto anterior, Esteban y Manuel) el artista compostelano ha llevado por bandera la reivindicación de la música de verbena, de la cultura de orquestas y de la herencia de la música latina que se instaló con fuerza en Galicia, casi como una suerte de «música de ida y vuelta» entre América Latina y Galicia. Pero en «Obra social» consigue una cohesión mayúscula, demostrando su absoluto estado de gracia creativa.

Retorciendo, reiniciando, resignificando, recodificando y, en definitiva, llevando a una nueva (¿quinta?) dimensión géneros como el merengue, la bachata, la cumbia, la música de verbena o el electro-latino; ORTIGA articula un espacio de acogida y encuentro en «Obra social», que no se llama así al azar, como él mismo cuenta:

 «Siempre tengo la broma de que un grupo es como una obra social, porque sirve para que la gente que anda perdida en la vida encuentro un lugar en el que sentirse acogida y respetada. Me gusta tener ese ánimo itinerante, que es positivo para quienes formamos parte de ello, como las compañías de circo o cosas por el estilo. Aunque el nombre suene a algo que tiene que ver con un banco o una fundación, me parece que representa muy bien ese espacio de unión para los desamparados»

Con un imaginario en el que estos géneros populares tropicales-gallegos se funden con estructuras más propias del pop alternativo, de la electrónica o de las músicas urbanas, ORTIGA presenta su mayor colección de hits hasta la fecha.