Kiko Veneno vuelve con material fresco y el 21 de junio presenta su nuevo álbum, “Hambre”. Una salida que coincide con el Día de la Música, toda una declaración de intenciones. Es una continuación, con algunos pasos a un lado, del viaje que empezó el muy exitoso “Sombrero roto” (2019), disco que estuvo en la mayoría de listas de lo mejor de aquel año, obteniendo por ejemplo el reconocimiento como mejor álbum nacional por parte de Rockdelux y en los Premios de la Música Independiente, o siendo nominado entre los mejores discos europeos por IMPALA.
Aunque es su decimotercer LP, viene sin miedos, y en todas las canciones hay hambres. Está la necesidad física, pero también el deseo y el empuje por la vida. El hambre, como decía Bob Dylan, por absorber, por investigar y expresarse.
Y es que a Kiko le puede el escozor de crear. Mientras se avanzaban algunos singles del nuevo disco (“Hambre” en octubre de 2020, “Días raros” en diciembre de 2020 y “Luna nueva” en marzo de este año) las canciones seguían puliéndose, perfilándose por las esquinillas. Con versiones y cambios, con artesanía instrumental y digital, con pruebas y la inestimable visión de Javi Harto, Hartosopash, metido en mil batallas sonoras reseñables. Y aún le quedaban ganas a Kiko para remezclarse, para colaborar con otros creadores: con alguien tan conocido como C.Tangana en “Los tontos” y con el grupo sevillano Vera Fauna en “Martes”. Mucha música, y eso solo en este 2021.
La variación es parte del disfrute, y en «Hambre» algunas canciones son herederas directas de «Sombrero roto» y otras surgieron de estos tiempos raros de confinamiento. Son diez canciones vibrantes, en su luz o su sombra, en las que Kiko sigue mezclando con especial gracia, con un talento que no se negocia ni se agota, lo poético con lo cotidiano; lo atemporal, sea flamenco o no, con un sonido muy actual. Confirmando que él, siempre en continua investigación musical, no ha perdido las ganas de contarnos la vida. Ni haber recibido galardones como la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2009 y el Premio Nacional de las Músicas Actuales en 2012 lo ha saciado. Él (nacido José María López Sanfeliu en Figueres en 1952) se mantiene conjugando en presente.