Albacete, 15 de noviembre de 2019. La Cachorra Yeye. El Hombre Music

Viernes noche del día más frío del año en Albacete, unos irreductibles sobreviven al ataque de la radiofórmula dentro de un pequeño local llamado “La Cachorra yeyé”. ¿Solos?… No, acompañados de la población autóctona que los recibe con una gran entrada y con muchas ganas de danzar con sus cantos. Y … ¿quiénes son? Ellos son Camellos y encabezan junto a otras bandas, como Carolina Durante, la descarada nueva ola pop-punk madrileña. 

Jara M.

Redactora

Ángel Valtueña

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Llegaba la joven banda a la capital manchega de nuevo, tras su paso en Febrero, en el que digamos tuvieron escaso publico (como ellos recordaron, sin rencor, sólo tres personas), para “re-presentar” su primer larga duración “Embajadores” (Limbo Starr, 2017) y su nuevo EP,“Arroz con cosas” (Limbo Starr, 2018) más algún otro adelanto de su próximo álbum, “Calle para siempre”, que esperamos anhelantes para este 2019.

El show duró algo más de una hora, pero sin tregua. El pop-punk de sus canciones no tiene florituras, no les hace falta, no es su rollo, prefieren ir al grano y crear melodías en donde las guitarras no paran de rasgarse, y bajo y batería marcan un ritmo maratoniano, es la marca de Camellos, unido a unas letras irónicas con un humor ácido que no quiere solucionarte los problemas de la vida, pero si que te olvides de ellos y te lo pases bien.

La noche empezaba fuerte con “Ejecutivo agresivo”, “Muelle” y “Caja de pino” creando un microclima interior en la fría noche albaceteña y es que el joven publico ya saltaba y se empujaba desde la primera canción. 

“Sorpresas “, de su primer LP y “Avances”, de su EP, continuaron caldeando el ambiente que llegó al primer zenit de la noche con “Siempre saludaba”, uno de sus primeros hits con el que, como dice la canción, dispa-pa-pa-pa-raron al público que saltaba huyendo de sus balas punk.

“Très bien”, de las pocas canciones del concierto a medio tiempo, deja paso a “Pesadilla en el hotel”, adelante del nuevo álbum, y que habla de destrozar habitaciones como las grandes estrellas, y suena a futura amenaza. Sin apenas tiempo para dar un trago a nuestra cerveza nos ofrecían uno de sus platos principales, “Arroz con cosas”, canción que les ha metido en las radios y festivales. Fue de las más celebradas y cantadas de la noche. 

Otro de los temas de su EP, “Horrorlandia”, y un estreno, “Mazo”, (tema que salía a la luz justo ese día)  que trata sobre Madrid, la que ellos califican como la ciudad indie-gente, muestran lo políticamente incorrectas que son sus letras. 

Llegaba la hora de las versiones, “Gol”, interpretación sui generis futbolística del “Gold” de Spandau Ballet y “Mujeres”, tan adaptada a su idiosincrasia que no pudimos reconocerla. 

El público cogió aliento para el último asalto, e hicieron bien, y es que ahora venían las armas de destrucción masivas punk camellera, “Gilipollas”, “Becaria”, “Que sobrabas” y “Telmo y Luis”, que repasaban su LP “Embajadores”, para que sonase prácticamente integro. Los madrileños ofrecieron todo su potencial en estos cuatro temas, poco más había que decir, salvo que este grupo es “Café para muy cafeteros”, tema con el que se habrían despedido si el público albaceteño no les hubiese reclamado un poquito más e incluso el grupo dio la opción de elegir. “Pantoja-ha” puso el broche final y que mejor tema para resumir la noche y su espíritu: guitarrazos punk y mensaje claro e irónico en apenas dos minutos.

Camellos demostraron que, aún siendo una banda tan joven como es, van a estar a partir de ahora dando mucha guerra y engrandeciendo sus letras en los carteles de salas y festivales.