Un tema que sirve como despedida perfecta para ese 2020 que podría haber sido pero nunca fue
«El 2020 que pudo haber sido. El 2020 que iba a ser. Pero la vida en realidad no entiende demasiado de planes. Es como que no tiene sentido, pero en realidad sí».
Así describe IZARO la historia detrás de su nuevo single, ‘Oso blanco (plata)’. Un tema que es la perfecta despedida para aquel 2020 soñado que nunca se hizo realidad y donde se perdieron muchas esperanzas e ilusiones por el camino, dejando paso a la angustia y la incertidumbre de este momento extraño que nos ha tocado vivir.
«Limones de hielo derritiéndose en mis manos, esto ha sido la pandemia para mí», cuenta la vizcaína. «Una pelea intensa para levantarme del suelo. Un sueño alejándose como un rayo de luz. Peso, pena, impotencia. He corrido a un ritmo frenético solo para mantenerme en mi lugar. Supervivencia, y duelo tardío. El equilibro imposible entre habitar lo que muere y cuidar lo que vive».
Y así nace ‘Oso blanco (plata)’, como una forma de dejar atrás todas esas promesas y anhelos que un virus se llevó por delante, sin previo aviso, pero que siempre se quedarán en nuestra memoria. Porque la vida, tal y como dice la canción, no es otra cosa que «un maravilloso y espléndido recuerdo del pasado».
Un single que viene además arropado por un videoclip que sirve de homenaje a todo el equipo que la ha acompañado sin descanso en estos tiempos tan complicados, con referencias a todos los vídeos de su álbum «Limones en Invierno» y guiños a la gente que lo ha hecho posible. «Porque hemos sido nuestra brújula, nos hemos mantenido en pie porque podíamos descansar unas encima de las otras, porque la red sostiene, porque la comunidad es la vida, y la vida es el centro», confiesa.
Agua infinita a sus pies y un vestido de plumas de espejo. Eso es lo que le queda a IZARO de aquel 2020 que pudo haber sido pero nunca sucedió. Solo resiste su proyección, su eco.
«No sé cómo explicar el aprecio que le tengo al 2020 que no fue. Lo feliz que íbamos a ser juntas, y lo dentro que voy a guardar todo el amor que le tenía guardado. Toca hacer las paces con todo eso, habitar su recuerdo, y bailar sobre todo el agua de mis limones derretidos. Que todo este agua y movimiento sirva para nutrir el futuro. Agua y movimiento. Vida».
Foto: Iratxe Etxeandia