Madrid. 24 de junio de 2023, Parque Tierno Galván

El sábado 24 de junio incluía programa de día. A pesar del calor imperante del mediodía los conciertos de dani y La Bien Querida registraron una gran entrada con multitud de gente tomándose el aperitivo y buscando refugio en las sombras. La viguesa dani, que ya tiene dos discos en la calle a pesar de su juventud, demostró la facilidad que tiene para generar melodías pop y armonías vocales. En las canciones de su segundo LP se nota la mano de Aaron Rux a la producción, con mucho más baile y salseo.

La Bien Querida, nuestra Ana Fernández-Villaverde, es incapaz de dar un concierto malo. Su último disco “Paprika” (Sonido Muchacho, 2022) es el más ecléctico de todos, con trazas de bachata, rumba o bolero y siempre manteniendo su inconfundible toque personal. La presencia y el carisma de La Bien Querida pone el resto, no hay concierto en el que no termines enamorado de su música.

Pakito Serrano

Pakito Serrano

Redactor

Fran González

Fran González

Redactor

La Paloma, es el grupo del momento, la banda de la que todo el mundo habla. Los madrileños aterrizaban en Tomavistas para presentar su primer y reciente disco “Todavía no” (La Castanya, 2023), un compendio de himnos noise pop donde la suma de distorsión y melodías cobra perfecto sentido. Especialmente jóvenes y especialmente curtidos sobre el escenario, tras su paso por ejemplo por el SXSW en Texas cuando tan solo tenían un EP.

Teníamos ganas de conocer la propuesta de Margarita Quebrada en directo, pues su álbum debut “Gas Lágrima” (Jabalina, 2022) fue uno de los más sorprendentes del pasado año y uno de los que más escuchamos en la redacción. Con un punto de partida postpunk oscuro, que se diferencia del resto en los toques de pop ochentero, sonidos urbanos, autotune y EDM que salpican sus temas, los valencianos se han hecho un hueco en la nueva movida valenciana (La Plata, Antiguo Régimen, VVV [Trippin´You], etc.) que pisa fuerte en la escena. Un sonido de inicio bastante malo (probablemente en lucha contra el limitador de db.) lastró un concierto que salvaron con temas tan redondos como “Luces” o “Azul”.

Cala Vento volvían a Tomavistas con su Casa Linda recién inaugurada. Un nuevo disco que nos trae a los Cala Vento más pop pero que mantiene intacta el alma de rock de los catalanes. Aleix y Joan cada día más compenetrados ocuparon y llenaron de fuerza el escenario principal con una facilidad y una tranquilidad pasmosa, contagiando de energía al auditoria del Tierno Galván que vibraba con cada tema de la pareja. Fue en su pista central donde se vivieron los momentos más intensos con pogos en las primeras filas que fueron respondidos desde el lado del dúo bajando del escenario para surfear entre los brazos de su público. Elena de Yawners en cambio se subió a las tablas para interpretar «Ferrari» junto a los Cala Vento, quienes micrófono en mano recordaron visiblemente emocionados la primera vez que vineron a tocar a Madrid para tres personas. Ahora diez años después arrasan en su festival más ecléctico, fruto maduro del trabajo bien hecho. 

Los Punsetes, es la banda más necesaria del panorama indie patrio. Necesitamos que alguien nos recuerde lo asquerosos que son nuestra vida, nuestro trabajo, nuestro grupo preferido o nuestras relaciones personales; necesitamos sacar el mal de nuestros cuerpos gritando sus letras en un concierto perfecto como el que dieron en Tomavistas. Para la ocasión, y en clara referencia a la oleada de nacionalismo español vacío que recorre España y de la que hablan en su “España corazones”, Adriana se engalanó con un traje estilo tradicional adornado con los colores de la bandera nacional y una peineta a juego con los emblemas de la nación, el toro, el torero y la folclórica. Hazte un favor y pégate un bolo con Los Punsetes.

Sidonie, estrenaban tema, CEDÉ, y podríamos decir que se tomaron el concierto del Tomavistas como una fiesta de celebración de la salida del single… si no fuese porque todos sus conciertos son así de festivos. Lo que tienen los Sidonie en directo debería estudiarse en las escuelas de música porque tienen la clave de la felicidad del público.

A la vuelta de la esquina la noche nos tenía preparado el bolo del día. La Élite, en constante ebullición, sin bajar el nivel de intensidad ni por un segundo, se comieron el escenario 3 con su incendierio cóctel el punk de los 80, new wave y de los sonidos electrónicos. Nil Roig (A.K.A Yung Prado) y David Burgués lograron batir y dejar bien alto el récord de pogos por segundo/fuerza en el Tomavistas. No dejaron nada en la recámara, “Bailando”, “Nuit Folle”, “Contento de ser feo”, ni siquiera cuando regaron al público con una pistola de agua llena de cerveza. Diversión sin freno.

Ladytron y Metronomy cerraron el festival al ritmo de la mejor música británica de principio de siglo y de la actualidad. Una edición, que en su vuelta al parque Tierno Galván, resultó un éxito de asistencia, organización y nivel de conciertos. Un año en el que el festival ha recuperado toda su esencia manteniendo el gusto y la diferenciación en la elección de las bandas que componen el cartel, poniendo especial énfasis en contar con bandas locales (la gran mayoría de este año son o tienen relación con Madrid). Y es que ya podemos decir, que como el lema elegido por el festival para este año indica, Tomavistas ya es tan de Madrid como Tomavistas.