TAYLOR SWIFT
Folklore
Republic Records
Julio 2020
Francisco Serrano
Redactor
El octavo disco de Taylor Swift, “Folklore” (2020, Republic Records) , ha pillado por sorpresa al fanfare de la cantante, abonado a campañas masivas, sponsors, teasers y acertijos en redes sociales para alimentar la expectación de sus lanzamientos. Ella misma lo anunciaba ayer en diferentes plataformas: “la mayoría de cosas que había planeado para este verano no han podido realizarse, pero hay algo que no había planeado y SÍ que se ha realizado”, en alusión a la composición de este álbum.
“Folklore” nace sde este período de confinamiento mundial, con un claro tono instrospectivo y seguramente con la certeza de que no será un disco para ser girado. Rodeada de sus habituales en el sonido, Jack Antonoff y Laura Sisk, Swift deja a un lado a su productor y amigo Max Martin para apostar por tres miembros de The National, Bryan Devendorf y los hermanos Bryce and Aaron Dessner, co-produciendo y co-componiendo 11 de los 16 temas del disco con este último. ¿El resultado? Un álbum reflexivo, de arreglos sutiles, calmado, y lejos del pop comercial de anteriores trabajos, aunque con varios nexos de unión con su último álbum, Lover (2019, Republic Records), donde Swift ya dejaba de pisar el acelerador.
“Folklore” nace sde este período de confinamiento mundial, con un claro tono instrospectivo y seguramente con la certeza de que no será un disco para ser girado. Rodeada de sus habituales en el sonido, Jack Antonoff y Laura Sisk, Swift deja a un lado a su productor y amigo Max Martin para apostar por tres miembros de The National, Bryan Devendorf y los hermanos Bryce and Aaron Dessner, co-produciendo y co-componiendo 11 de los 16 temas del disco con este último. ¿El resultado? Un álbum reflexivo, de arreglos sutiles, calmado, y lejos del pop comercial de anteriores trabajos, aunque con varios nexos de unión con su último álbum, Lover (2019, Republic Records), donde Swift ya dejaba de pisar el acelerador.
Las letras mantienen sus referencias autobiográficas, marca de la casa, y siguen girando en torno a sus encuentros y desencuentros emocionales. Sin embargo, pareciera que, en vez de la Taylor explosiva e irracional que escribía sobre sus batallas con colegas del gremio—especialmente sonoras fueron las canciones que dedicó a Katie Perry y Kanye West—ahora cantara sobre las consecuencias de todo aquello, haciendo una reflexión madura y, también marca de la casa, riéndose bastante de ella misma.
Especialmente reseñables son “Exile”, en colaboración con Bon Iver; “Peace”, una de sus mejores grabaciones a nivel vocal hasta la fecha y “August”, posiblemente el tema más “Taylor” del disco, que mantiene melodías y letras que resuenan a la primera Taylor de Nashville, pero con un sonido más minimalista y refinado.