Ya está disponible «Solo quiero hacerte llorar», el nuevo himno de Monteperdido, en el que continúan con su narrativa vengativa en una catarsis dominada por el disfrute de hacer el mal. El quinteto madrileño vuelve a cabalgar a lomos de guitarras contundentes sobre baterías frenéticas.
La última y quintaesencial canción de la banda viene cargada de un mensaje clarísimo: ser malos y pasarlo siempre genial. Guitarras melodiosas, ritmos trepidantes, pura energía de desquicie y un final emocional. Un alegato a favor de la explosión y el furor de la maldad.
Producido y grabado por Borja Pérez en Casa Linda durante un caluroso mes de julio de 2023. El solo de guitarra pertenece a Aleix de Cala Vento. Mezclado por Borja Pérez, masterizado por Víctor García en Ultramarinos Mastering y editado por Sonido Muchacho.
Lo mejor del mundo: el DIY, dormir con una manta en una nave de polígono y lxs buenxs amigxs que te apoyan y te quieren aunque seas loser”, explicaban Monteperdido a Noé R. Rivas en una entrevista hace tan solo unos meses. La sentencia, además de apelar a los orígenes del grupo, se convierte en la mejor definición posible para este quinteto formado por cinco amigos, Bego (voz), Dani (batería), Diego (guitarra), Tomás (guitarra) y Willo (bajo), en el que lo meramente musical importa tanto como la ética asociada a todo lo que rodea al grupo.
Con estos mimbres nacía Monteperdido, autoeditando un álbum homónimo del que no se ha dejado de hablar desde su publicación en diciembre de 2020. Canciones que reflejan la urgencia y la ansiedad que apremia a una generación que crece en medio del conflicto muy a su pesar. Pero a diferencia de otras bandas de hardcore, a Monteperdido les define la musicalidad de sus canciones, himnos de pop que crecen entre imparables muros de guitarras.
Tras un single doble, «Cosas Rotas», editado en 2022, este 2023 volvían a la carga con «Daño Físico», editado también a través del sello Sonido Muchacho, en el que la fuerza melódica, las guitarras afiladas y la capacidad de Monteperdido para crear himnos sigue afianzándose. Suenan urgentes pero sabiendo imprimir diferentes velocidades, siguen ruidosos pero sin dejar de sonar pop, como si Hüsker Dü hubieran sido liderados por una mujer.