Madrid. 1 de junio de 2024, Caja Mágica.
Tras una larga espera, y un sold out colgado hace varios meses, por fin llegó el día en el que más de 35.000 personas pudieron disfrutar de la primera edición del “Road to Río Babel”. El festival que nacía con la idea principal de “ser una celebración por todo lo alto de lo mejor del punk rock internacional y nacional”, dejaba una jornada un tanto agridulce para mas de la mitad de los allí congregados. El motivo, como ya viene siendo habitual en la mayoría de los festivales sobredimensionados, el aforo.
Ángel Muñoz
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Si bien, el cartel estaba a la altura y superaba con creces las expectativas en el directo; rápidamente, la visibilidad directa del escenario quedaba reducida considerablemente, provocando que el “disfrute” se redujese a un biopic cinéfilo a través de las pantallas del recinto. El sonido tampoco acompañaba a partir de media pista. Sin duda alguna, problemas de los que la organización ya tomó nota y resolverá en futuras ediciones.
Dicho esto, mas que un festival, el “Road to Río Babel” bien podría haberse considerado “Road to Green Day”, pues ya desde primera hora, la gente se posicionaba estratégicamente para el disfrute de la veterana banda, pasando de largo del otro escenario. Y digo veterana porque, a pesar de remover los recuerdos con su “Dookie” o “American Idiot”, la juventud quedaba atrás y la energía se notaba. Aun así, un espectáculo mayúsculo, cargado de efectos visuales, pirotecnia, y confetis. The ingerrupters o The Hives acompañaban a los estadounidenses bajo el mismo techo. Mención especial al derroche de energía de los segundos. Mas de un desconocido anotó su nombre para tenerlos localizados.
Emlan, 30s40s50s, Maid of Ace y Lagwagon no corrieron tanta suerte; el público que asistía al susodicho escenario apenas se limitaba al localizado en las últimas posiciones del escenario principal.
Sin duda alguna una jornada de aprendizaje y reflexión.