Podemos aguantar la compostura. Sí, podemos hacer como que no pasa nada 24 horas al día, 7 días por semana, durante semanas, meses, años; podemos capear esa ruptura, o volver la vista atrás así en general, o coger un trabajo a una hora en metro, o mirar a los ojos a la muerte, o contemplar el mundo en llamas, o incluso hacer videoconferencias ‘sobre un proyecto’ de una hora mientras piensas en tu cuota de autónomos. Pero llorar, eso no nos lo puede quitar nadie. Llorando reconocemos, y llorando podemos disparar una ametralladora, y también llorando celebramos. Rata Negra hablan en su nuevo video-single de llorar por volver a la ciudad, de llorar por volver a trabajar, o por tener que trabajar de por vida. También de lágrimas de alegría ante la desgracia ajena de esa persona a quien detestas. Pero también llorar por no poder descansar, por tener hambre, resaca o ansiedad. La vida en la gran ciudad, que buena es, pero que ganas de llorar te dan al pensar en estar así para siempre jamás.
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