Daniel Hernández
Redactor
Pamplona, 31 de julio de 2021. Teatro Baluarte
Rafael Aguirre, figura emblemática de la guitarra española, rindió un especial homenaje a Sabicas en su ciudad natal, de una emocionalidad y virtuosismo sublimes.
Perteneciente a la primera generación de guitarristas clásicos con una capacidad interpretativa que abarca tanto obras características de su instrumento como de otros, abre un nuevo abanico de posibilidades que hacen de sus recitales algo único y le permiten acercar la guitarra clásica a un público más amplio, ofreciendo unos conciertos más variados y divertidos.
Comenzando por “Asturias” de Albéniz, que a pesar de que su título fue puesto por razones editoriales, uno tenía la sensación de estar en el Paraíso Natural, su magnífica interpretación llena de detalles, colores, evocaba su caracerístico territorio de permanentes alternancias y continuas cumbres. Presentando las obras con su gran conocimiento y sentido del humor que lo caracterizan, pasó a otra obra de la Suite Iberia, “Sevilla”, interpretada también con una limpieza y buen gusto extraordinarios. En “Olé mi Cádiz”, su velocidad en los picados y sentida interpretación con su magnífica guitarra de pino hecha por su padre hacían sentir lo vivo que permanece Sabicas. Con la otra obra flamenca que interpretó; “Panaderos flamencos” obra muy tocada por Paco de Lucía, de Esteban de Sanlucar, se llevó completamente al público. En las obras de estética alhambrista; “Capricho Árabe” y “Recuerdos de la Alhambra” de Franciso Tárrega, su gusto estético por el saber recitar y su madurez interpretativa hicieron de ese momento algo elevado. Las obras latinoamericanas, “Misionera” de Fernando Bustamante y “Un Sueño en la Floresta” de Agustín Barrios, pusieron de manifiesto sus conocimientos del folclore latinoamericano y especialmente aquellas cuestiones de las que un buen intérprete sólo puede impregnarse por ósmosis. La “Gnossienne No 1” de Satie impresionó el ambiente de la sala junto con la “Jota” de Francisco Tárrega hasta tal punto que toda la sala en pié le pidió bis tras bis, cuatro en total: “Star Wars” de John Williams, “Inevitable” de Eduardo Martín, “Campanera” de Genaro Monreal, arreglada por él y “La Misión” de Ennio Morricone.