Madird, 3 de octubre de 2019. Sala El Sol

A Martí Perarnau le robaron la electrónica. Según él mismo confiesa, durante sus años de instituto la música electrónica parecía que solo podía ser escuchada por los típicos malotes, de cenicero en pelo, que presumían de sus visitas a los templos más macarras de la escena. Situaciones parecidas las hemos vivido todos.

Con la madurez y la liberación de las cadenas de clichés y “qué dirán”, Martí, alma y corazón de Mucho ha podido disfrutar de la electrónica, y lo mejor de todo, nos está haciendo disfrutar con ella gracias a sus composiciones. Esta vez Perarnau ha concebido una especie de club itinerante, el Mucho Noir Club, una sesión furtiva con música desde la apertura de puertas hasta el cierre. Un club en el que el baile es obligatorio y en el que además podremos conocer las canciones de su último LP en directo. No podíamos faltar a semejante evento.

Pakito Serrano

Pakito Serrano

Redactor

Ángel Muñoz

Ángel Muñoz

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Así, el pasado 3 de octubre nos pusimos nuestras mejores galas para asistir a la sesión cero del Mucho Noir Club en El Sol de Madrid. Nada más entrar al club dos cosas nos llamaron la atención, la oscuridad prácticamente total en la sala y un biombo semitransparente que cubría casi todo el escenario que ocultaba a los artistas y sus instrumentos de la vista y sobre el que durante toda la sesión y el posterior concierto se proyectaron visuales asociados a la música que lanzaban los altavoces. Con estos elementos tan peculiares, Martí nos viene a decir que en su club la música es lo único importante.

Durante la primera parte de la noche, y sí, desde la mismísima apertura de puertas, Martí Perarnau, acompañado de uno de sus músicos, entregó una sesión de música electrónica elegante en la que se pincharon canciones contemporáneas de artistas como Billie Ellish, Arcade Fire o Rosalía y temas clásicos de grupos como The Beatles. Una sesión en la que Perarnau se recreó en las transiciones entre canciones y el juego de melodías, haciendo gala de su gran manejo en las mezclas y de los tiempos en búsqueda de la creación de dos atmosferas bien diferenciadas, una más conceptual y pausada y otra más potente con una base rítmica más acelerada. Una apuesta algo arriesgada que provocó pequeñas desconexiones del público y el consiguiente aumento del ruido en la sala, algo que en algunos momentos llegó a romper el encanto de la sesión y el trance de esos pocos que se pusieron a bailar en primeras filas.

Tras algo menos de hora y media de sesión, los músicos, que en esta nueva gira forman Mucho fueron tomando posiciones sobre las tablas sin que Perarnau abandonara el escenario en ningún momento para comenzar su concierto enlazando con la última de sus mezclas. Un concierto con una base electrónica mucho más potente y presente que en giras anteriores, como no podía ser de otra forma en este club, cuyo set list incluyó todas las canciones del “¿Hay alguien en casa?” y en el que aún hay un lugar privilegiado para dos de los temas más celebrados de Mucho “El león de tres cabezas” y “Fue”.

Un bolo inconmensurable de una banda con muchos quilates en sus manos en el que no hubo parones entre canciones ni salida para bises, como si de una segunda sesión se tratase, y en el que el biombo continuó recibiendo imágenes proyectadas evitando que pudiéramos apreciar el desempeño de la banda. En ausencia de la vista, nuestros oídos se agudizaron para disfrutar de la energía cósmica electrónica que Martí y los suyos trasmiten canalizada a través de su música. 

No seguiremos describiendo la noche para evitar desvelar más detalles de esta nueva y valiente experiencia surgida de la mente del inquieto Perarnau. Para que si la caravana itinerante de lo cósmico pasa por tu ciudad puedas visitar su Mucho Noir Club y dejarte volar. 

Setlist

Teléfono, Mi casa – 1985 – El enemigo ahora vive en todos nosotros – Nunca pegarías a un hombre con gafas – El león de tres cabezas – Sé que soy una anomalía – Ahí te quedas, Perarnau – ¿Hay alguien en casa, Mclfy? – Las ventanas se encienden – Fue – Soy un aeropuerto – Putochinomaricón