En la versión base de Stardew Valley, un videojuego sobre regentar una granja familiar que mezcla el rpg, la simulación social y el farming simulator, la única herramienta que no podía mejorarse al máximo era la guadaña. Había hasta un cubo de basura de iridio, ese material violáceo definitivo, pero era imposible conseguir la dichosa guadaña de iridio. La comunidad se convirtió en un clamor solicitándola, especulando con todo tipo de teorías sobre su omisión, algunas tan locas, intensas y espirituales como para relacionarlo con su lado oscuro mortuorio: una guadaña mejorada al máximo puede ser peligrosa, puede convertirse en segadora de almas. Hasta que el año pasado, y sin mucha más explicación, los desarrolladores la incluyeron en el juego.
Esa paradoja de la guadaña como instrumento para el cuidado y la contemplación, pero también como portador de muerte, inspiró a Marta Movidas para escribir ‘Guadaña de iridio’, una canción que es contradictoria en sí misma, pero siempre de un modo integrador: un gu zhen –instrumento tradicional coreano precursor del koto japonés– sintetizado imita las cuerdas de una copla que nos lleva a Rocío Jurado y a las divas trágicas de nuestra canción popular de los 70; el dramatismo en la voz que le corresponde al género por derecho, y que también se reproduce en la gran balada coreana de los 80, contrasta embadurnándose en un azúcar de auto-tune… y el pulso waltz en 3/3 se vuelve hipnótico ocultando ese tecladillo de ambient etéreo que se mueve por el fondo, sumergiéndose en las profundidades contemplativas de un videojuego de 16 bits.
“A mí siempre me han dicho que cuando me muriese me arrepentiría de todo el tiempo que pasé jugando. Pero, en los momentos más duros de mi vida, esa doble vida en la granja era lo único que me hacía feliz”, dice Marta. De tanto bajar a la cantera, de tanto cuidar las piedras que colecta y sus espacios personales, ya sean una habitación, la casa que compartes con la persona que quieres, los cascos que te protegen de las luces de ciudad en el vagón de un tren o una granja virtual dentro de una Switch, Marta Movidas ha dado con el material perfecto para evolucionar su vida, y para revolucionar su propia fórmula. Para fabricar con él su guadaña, su yunque, su martillo de iridio.
‘Guadaña de iridio’ es el tercer sencillo extraído de «Martillo», segundo álbum de la polifacética artista madrileño-alcarreña previsto para finales de 2024.
Un trabajo que llega después de su EP, «Yunque» (2023), que ya avanzaba conceptualmente el giro de 180º que Marta Movidas afronta en esta nueva etapa en la que da rienda suelta a un desenfreno introspectivo en los rieles de neón de un city pop universal y en el synth funk.