La parte instrumental se sostiene sobre una base de instrumentos tradicionales como laúdes o castañuelas, que tejen un entramado sonoro a partir de ritmos inspirados en la música popular murciana, con más de un giro de tuerca que añade matices al proyecto. Sobre esta base se superponen capas y capas de sutiles elementos electrónicos, impulsados por sintetizadores analógicos que encajan a la perfección con los sonidos tradicionales y envuelven la voz a lo largo del álbum. Esta fórmula, que constituye el eje central del proyecto, si bien es original y funciona a la perfección, ofreciendo una propuesta distinta llena de matices y texturas en la que da gusto cerrar los ojos y dejarse llevar, puede llegar a resultar algo repetitiva. Al mantenerse inalterada en todos los cortes del disco, en el tramo final se echa en falta alguna variación que continúe sorprendiendo al oyente.

Maestro Espada es la carta de presentación de un grupo que, a base de combinar lo que a priori parecería “incombinable”, nos trae una propuesta innovadora y profunda en la que es un placer sumergirse. Nos deja, además, con la expectación de qué más nos tiene por ofrecer el dúo murciano.