Madrid, 12 de julio de 2019. Espacio Mad Cool

Festival asentado y viernes para disfrutar desde el principio en el Mad Cool. La jornada comienza con Palace desde Londres para caldear la tarde, si es que no está lo suficientemente caliente. La temperatura sube día a día y el viernes hace un calor infernal. Sharon Van Etten no encuentra su enganche con un público que bastante tiene con buscar una sombra en un césped artificial que abrasa. La estadounidense planteó un recital de pop electrónico, que no era para ese momento, pero que gustó a sus seguidores que pasaban el trago del calor ayudado por alguna nube que impedía el sopor directo del sol.

Sara Fernández

Sara Fernández

Redactora

Fernando Tello

Fernando Tello

Redactor & Photo

Nos acercamos a la zona de los escenarios pequeños para ver a uno de los ganadores del Talent de Mad Cool. Los imberbes Staytons vienen desde Asturias, con sus ritmos populares, con esa rabia que te marca la edad y planteando, sin miedo, lo que quieren hacer con su música. Un futuro prometedor, el de ellos, si siguen por ese camino. Y en el escenario de enfrente, desde Cardiff, el garaje de Himalayas nos teletransportó a esa época en la que las bandas son bajo, guitarra y batería. Sin más, sin añadidos. Crudo y verdadero lo de estos chicos con la pose rockera bien aprendida. 

El ex de los Rascals se aproximaba al escenario Madrid te Abraza mientras el sol caía sobre su espalda. Viene el amigo de Alex Turner a presentar su tercer trabajo en solitario “Coup de Grace” que salió el pasado año al mercado. Miles Kane se plantó en el escenario a pegar guitarrazos varios, y así consiguió levantar a un público que languidecía por la falta de ritmo en los escenarios principales. Y además, si metes en la ecuación a Donna Summer de por medio, tienes un bolo aceptable que pasa con nota por el festival.

Desde Brooklyn aterrizan en el escenario principal directamente los primeros confirmados por el festival. The National con Matt Benninger a la cabeza, presentan su nuevo trabajo, recién sacado del horno. “I Am Easy To Find” (4AD). Marca otro punto de inflexión que sólo hace que la banda sume y consigue otro hito más en su perfecto sonido y su diferenciación con el resto de la humanidad. Y después está el directo que no fue todo lo pulcro que se esperaba, con un Benninger desatado, más preocupado de agradar a las primeras 20 filas que de cantar los temas de The National. Aburrido, sería la palabra. Solo para gourmets sería la finalidad, de un concierto que desde luego, no pasará a la historia. 

Asi que, con esta perspectiva, nos fuimos a ver a los chulapos de Sex Museum. Esos si saben lo que es el Rock and Roll, puesto que llevan haciendo de las suyas desde que la mitad de los influencias, que pululan por el Mad Cool, no habían ni nacido. Bolazo el suyo, con “Two Sisters” de principio y esa mezcla de Deep Purple y Beastie Boys que debería estar enmarcada con honores.

Es probable que sea la última oportunidad de poder ver a Billy Corgan con sus Smashing Pumpkins y eso hay que aprovecharlo. La reunión del 75 por ciento de la formación original y un setlist donde sólo cayeron hits. Ataviado con una sotana y sabiendo que el público estaba allí por él, Corgan desarrolló todo su potencial en unos punteos y riffs de guitarra que hacían las delicias de los presentes. Puesta en escena magnífica de os Pumpkins, muñecos luminosos que dieron un juego fantástico, mientras sonaban “Bullet With Butterfly Wings”, “Tonight, Tonight”, “Cherub Rock” y por supuesto ese “Today” para terminar la función circense de unos Smashing Pumpkins que pudieron conectar con su público desde el principio para dar lo mejor de la noche por ahora.

Y es que no podía ser, que entre tanta banda internacional y tanta estrella mediática el golpe maestro lo diera la banda de aquí. Los que ensayan a diez minutos del recinto del Mad Cool. Vetusta Morla está haciendo historia en la música española. Quizás muchos no entiendan que estén tocando en el escenario principal en un festival donde han tocado esos grandes artistas, formaciones con mucho recorrido y con un éxito exponencial. Pero es que estos chicos consiguen juntar a un gran puñado de gente en sus conciertos y quizás no estén tocando su tope. El bolo del Mad Cool fue extraordinario. Medido y calculado como solo los expertos lo saben hacer. Sin pausa y sin descanso. Reivindicativo, como no podía ser de otra manera. Vetusta Morla es algo más que una banda al uso. Son habitantes de su ciudad, y viven la ciudad como cualquiera. Es por eso que deben alzar la voz contra lo que no vean lógico y jugar con su posición para que sus seguidores piensen. Se han convertido en la mejor banda de la historia de la música española, y todo con trabajo y dedicación. Eso no se puede negar. Volvieron al Mad Cool y se comieron a todos los internacionales que pisaron los escenarios principales. Habrá que dar más voz a lo nuestro.

Terminamos una jornada memorable, quizás la mejor del festival. Sin pegas, sin incidencias, sin ningún problema. Y eso en el Mad Cool es noticia. Una afluencia de público menor es la clave. Se necesitaba una edición sin sobresaltos para que las cosas cuadren, y el Mad Cool sea lo que quiere ser.