Madrid. 7 de julio de 2023, Espacio Mad Cool.

Segunda jornada del Mad Cool con un poco más de calor y con bastante mas gente que el día anterior. Los platos fuertes de hoy se centran en los escenarios principales, pero sin descuidar el resto de escenarios que siempre dan sus alegrías, con clásicos básicos y descubrimientos de esos que siempre son bien. Angel Olsen salió al escenario Región of Madrid, el tercero en importancia, en modo verano. Canciones frescas de puro pop es lo que enseña la cantautora norteamericana que viene al festival a presentar su último trabajo, “Big Time” editado el año pasado. 

Sara Fernández

Sara Fernández

Redactora

Fernando Tello

Fernando Tello

Redactor & Photo

Cuando el sol comienza a bajar por detrás del escenario la música es otra dimensión y Olsen sabe lo que el público quiere. La brisa hace la tarde un poco más llevadera y nos encaminamos a ver el espectáculo dorado de Sam Smith. El cantautor británico envuelto en su corpiño dorado en el inicio terminó su concierto con su magnífica estampa “queer”, rodeado de sus bailarines y su extraordinaria banda, mandando abrazos a todos, con una sonrisa que no abandonó en ningún momento y con la diosa Afrodita de fondo ocupando todo el escenario principal del Mad Cool. Antes ofreció un correcto concierto en donde sus fans, que son muchos y muy entregados, disfrutaron lo suyo. Desde el corpiño dorado hasta los cuernos de diablo, pasando por velo blanco, medias de rejilla o sin camiseta y con su “Romance” tatuaje, da igual como se presente, lo importante es que tiene una voz maravillosa.

Al ratito salió por la puerta del escenario paralelo la antítesis. Josh Homme asomaba con su banda de rock duro sin contemplaciones. Queens of the Stone Age regaló un show elegante, de guitarras muy afiladas que retumbaban en todo el recinto y rebotaban en las edificaciones adyacentes. Esa fuerza desmedida encanta a los fans y a los que no lo son tanto. Mientras Homme enseñaba su fuerza de brazo se subían en el cuarto escenario los Bombay Bicycle Club, para ante un carpa llenísima de espectadores en su mayoría ingleses, dar un concierto muy serio que empezó con problemas técnicos, habituales en este escenario. Fueron caldeando al público poco a poco y a pesar de un principio más frío en nada se desató la locura. Antes de ellos, en el mismo escenario, Men I Trust llegó desde Canadá para salvar la timidez y demostrar que valen mucho y que son una banda que hay que tener en ese fondo de armario. No defraudan, pop serio y bien articulado, un lujo.

El plato fuerte de la noche eran Mumford & Sons o eso nos hizo creer la organización con los horarios. Además, el adorno de los fuegos artificiales en el inicio y el final del show así lo predecían. Legión de británicos en la pradera del escenario principal y un sonido magnífico. Las canciones de Mumford se repiten y sacian en las tres primeras. Concierto de estilo formal. Fuerte a la primera, bajón en medio, y éxitos al final. Bracitos arriba y petardos al final. Asi que nos fuimos a la fiesta de Delaporte, a ver como la carpa de los “trenes” se venía abajo con una banda que cada vez tiene más adeptos y que no defraudan nunca si lo que buscas es moverte incluso cuando no tienes ninguna intención ello. Y para terminar The Black Keys tienen la fuerza que se les presupone. La puesta en escena y los juegos de las cámaras son geniales, pero la sensación, quizás solo mía, era como que faltaba algo. Sonaba bien pero no a banda, era como si haces cemento sin agua. No se mezclaba, no era redondo. A pesar de ello, al público le encantó y creo que fue un gran cierre de jornada. Vuelta al coche a descansar y para el sábado esperamos a grandes platos fuertes. Esperan Red Hot, Liam Gallagher y Prodigy, aunque seguro que veremos a muchos más.