Ahora mismo, todos somos Joan Colomo. El músico catalán nos representa mejor que nadie, y os diremos por qué. Ante unas circunstancias como las que vivimos, ¿hay algo más representativo para todos que pretender ser optimista, que no te salga, y que finalmente pongas en valor al menos eso: haberlo intentado? Él dice que quería publicar un disco alegre, pero le ha salido un Disc trist; y así, con ese elocuente título, verá la luz su nuevo trabajo el 19 de mayo. Pero en el fondo, leyendo entre líneas, encontramos más bien un retrato a la vez dulce y amargo del desconcierto que todos llevamos dentro, tan contradictorio y empático como suena, con lucidez y honestidad, para exigir el derecho a ser felices pese a la tristeza.

De Cançó animada nos cuenta, que “no es más que un ejemplo práctico de la dificultad que tenemos para ser optimistas, como mínimo a corto plazo”. Y confiesa: “yo realmente quería escribir una canción animada pero el desánimo ha hecho que acabara narrando el intento frustrado de escribirla. Una especie de metacanción que guarda un brillo de esperanza, ya que, como dice la última frase, “puede que el futuro sea mejor»”. Sobre una base trepidante de bajo y percusión, endulzada por líneas de teclado y sintetizadores, Colomo hace una auténtica declaración de intenciones que, más allá de referirse al proceso creativo de la canción en sí, nos habla del deseo que todos tenemos de ser nuestra mejor versión.

Cançó animada llega acompañada de un videoclip dirigido por Castells&Garay que cuenta con cameos de ilustres personajes de la industria musical como Tania Lozano y Víctor F. Clares, del dúo Ladilla Rusa, y la cantautora Marina Rossell. En él, supuestamente ambientado en un laboratorio geolocalizado a las afueras de Orlando, en Florida, dos científicos, un agente de la T.I.A. (que no la C.I.A.) y un misterioso burócrata fumador realizan pruebas para testar el funcionamiento de un clon, que no es otro que el propio Joan Colomo. Todo un Expediente X…

El videoclip, dirigido por Castells&Garay, se apoya en la clásica imaginería del fenómeno OVNI (laboratorios secretos, científicos y tipos misteriosos en gabardina) y de series como “Expediente X” para dar imagen a este tema sobre la incapacidad de demostrar optimismo. La canción de Colomo nos hace reflexionar sobre la obligación de ser feliz que nos impone el mundo que nos rodea. El no ser capaces de serlo tanto como aparentan nuestros amigos en Instagram, nos hacer sentir extraños a la realidad… casi como si fuésemos alienígenas en nuestro propio planeta”