Con este single y el anterior «No es por tristeza», Firmado Carlota culmina un cambio estético y sonoro y sube el nivel del nuevo pop melancólico, oscuro y eléctrico hecho en España.

El proyecto de Carlota Cabrerizo ha sido especial desde el minuto uno. Comenzó contando vivencias propias de una chica de 20 años, como vía de escape, a través de grabaciones íntimas y confiando en la pureza metodológica del ensayo/error. Siempre la distanció del resto el modo confesional extremo de sus letras, compartiendo emociones muy comunes y conectando con su generación de forma sincera y sin rodeos. Canciones sencillas, directas, pegadizas y bastante melancólicas.

Ahora, al igual que al resto de su generación, todo le pedía un cambio. Adios al recogimiento, la intimidad y la seguridad de la zona de confort. Adiós al bedroom pop. Su primer single en Mushroom Pillow «No es por tristeza» ya mostraba un evidente avance musical y estético. La delicadeza y candidez se vuelven inquietantes, eléctricas, sexys. La melancolía es ya una constante en su música.

En estas dos canciones ha contado con la ayuda de Nacho de Margarita Quebrada y Ares de Nueve Desconocidos en la producción (dos autores que con sus grupos dan nueva vida a sonidos new wave y post-punk sintetizado) y de Alvaro Sierra en la parte técnica.

«Al escribir la canción tenía en mente las veces en las que nos obsesionamos con un pensamiento y nos encontramos sumidos en un bucle del que no nos dejamos salir. En esos momentos, nosotros mismos somos simultáneamente las víctimas y los verdugos. En el vídeo usamos elementos como los espejos rotos, que tradicionalmente dan mala suerte, o el concepto del caos.» (Carlota Cabrerizo)