«Cien Desiertos» es el primer adelanto del nuevo disco de la banda sevillana Canastéreo, que se llamará ‘Pasajes de lo Impuro’ y que muestra un cambio y una evolución de su sonido hacia sendas más rockeras y psicodélicas.

«Cien desiertos negros se abrieron cuando vio la luz este riff amalgamado que nos atrapa en su bucle y que caracteriza el primer single del nuevo disco de Canastéreo, ‘Pasajes de lo Impuro’.

Cien desiertos son los que hay que recorrer bajo el sol andaluz para hallar esa inspiración oriental, sonidos que traen aromas ancestrales y que tanto se palpan a lo largo de la canción. 

Cien desiertos que no son más que el comienzo de una travesía de exploración interior, los primeros pasos de una ruta vital que, para ellos, definió la esencia y los ecos que caracterizan la atmósfera que rodea al resto de canciones incluidas en el álbum».

Con esta primera píldora Canastéreo abre la senda a un disco de rock poroso, repleto de hendiduras por las que se cuelan a espuertas aromas con giros de flamenco jondo, guiños al bebop y elaboradas maniobras psicodélicas que valen su peso en grifa. Y en su condición de bisagra entre dos generaciones de estetas del rock andaluz, ‘Pasajes de lo Impuro’ supone el mejor punto de equilibrio imaginable para conciliar a los incondicionales de «El garrotín» con la década del reggaetón. 

Una composición que plantean desde el primer momento como un modo de situar a aquel que escucha en la estética y las texturas que proponen, de emprender una senda figurativa sobre la que marchar entre lírica flamenca y guitarras stoner.

Partamos de la idea de que Canastéreo es una banda de rock, entendido éste como un motor de expresión y libertad. “Es como respirar, un acto intuitivo y necesario”, comenta Juan Olaya, guitarrista y compositor de la banda sevillana. Sigamos con la idea de que Canastéreo hacen rock andaluz, entendido éste como un estilo de vocación territorial que sin embargo busca su sonido en la fricción de géneros anglosajones como el progresivo, el stoner o el jazz, incluyendo una amplia gama de texturas orientales que ellos mismos se han encargado de apuntalar en vivo durante los últimos tres años.

Fueron necesarias más de cincuenta actuaciones ofrecidas en España y EEUU para que Canastéreo comenzará a concretar su propuesta como savia nueva para una tierra ya baldía, un espacio donde Lorca y Buñuel bailan al son de Roger Waters y Chet Baker. Su origen habría que buscarlo en junio de 2018, fecha en la que se presentó en sociedad Raíces Lunáticas, un EP autoeditado por unos jóvenes habitantes de una suerte de interzona que ellos mismos denominan Trianosfera, asociación y espacio de libertad creativa que lleva sirviendo de refugio desde hace varios años para Jesús Contador (guitarra y voz), Juan Olaya (guitarra), Marcos González (batería), Manuel Pérez (trompeta), Juan Bidegain (bajo) y Nico González (teclista).