CALÍGULA DEBE MORIR… SU PERSONAJE NO

A través de una interacción directa con el público, este gran intérprete narra desde una desgarradora locura combinada con una aguda comedia, diferentes episodios de la vida del protagonista en los que experimenta tantos y tan variados cambios emocionales que hacen que empatices de manera directa con el personaje, justificando así su comportamiento o actitudes. Su imponente potencia vocal acompañada de una impecable expresión corporal, hacen que la actuación de este farandulero no deje al público indiferente. Analiza, recrea y vive cada escena con una pasión que consigue que al finalizar la obra solo puedas tener en mente su actuación.

A esto se le suma el gusto con el que su directora, Mabel del Pozo, no deja pasar la oportunidad de comparar este gobierno tan escandaloso y condenado, con la realidad que vivimos en el día de hoy. En numerosas ocasiones el guion alude a nuestros tiempos, atreviéndose en ciertos momentos a recrear personajes históricos tan polémicos como Adolf Hitler. Todo adornado desde un humor y un coraje que hacen de esta interpretación una llamada a la reflexión y existencialismo que nos ocupa.

Para cerrar, música, luces y puesta en escena acompañan al protagonista en este viaje teatral donde con solo un trono, una silla y un micrófono, reparte perfectamente los tiempos de su historia situando al espectador dentro de cada escena y haciendo de su narración un importante hilo conductor.