Conocido —y muy querido— como #elMonkeydelPuerto, Alhambra Monkey Weekend se ha convertido tras cinco ediciones en uno de los festivales más singulares de nuestra geografía. El Monkey chico, como también se le llama, comparte con su hermano mayor Alhambra Monkey Week esa querencia por el talento emergente: por su cartel han pasado artistas como Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Carolina Durante, Bronquio, Los Estanques o la mismísima Rosalía antes de su explosión. A ese ojo avizor, Alhambra Monkey Weekend añade también esa afición por celebrar sus conciertos en espacios no habituales, de un castillo a una bodega, ofreciendo siempre a nuestro querido público una experiencia, cuanto menos, diferente.

Este 2023 no podía ser menos, y fiel a su identidad única, el nuevo Alhambra Monkey Weekend combina un cartel de ensueño con unos decorados de órdago. El alemán Tolouse Low Trax y el italiano Steve Pepe, sospechosos habituales en cabinas de media Europa y siempre dispuestos a no dejar títere con caderas en sus respectivas sesiones, han sido las últimas incorporaciones a una programación tan variopinta como suculenta. Atención a un cartel de órdago, en riguroso orden alfabético: la delicadeza folk de Amaia Miranda; el rock cocinado con buena psicodelia y mejores maneras de Arde; la canción de autor con aroma a tierra y salitre de Arico; los himnos punk rock de los cada vez más en alza Biznaga; la apisonadora sónica del one man band Branquias Johnson; el rap feminista con quejío y copla trufada de flow de Carmen Xía; la mirada a las raíces desde la furia rock de Dani Llamas; el cálido dreampop de Dharmacide; esa revelación de nuestra escena electrónica llamada GAZZI; los sonidos pantanosos de los siempre hipnóticos Guadalupe Plata; el elegantísimo crisol de sonoridades pintado por Juan Azul; la frescura desmesurada de Lisasinson; el matrimonio cumbiero entre un Califato 3/4 y un La BIG Rabia, o lo que es lo mismo, ladies & gentlemen: Lorenzo Soria & Sebastián Orellana; los rugidos con caja de (muchos) ritmos de Los Jaguares de la Bahía; el arrollador pop preñado de punk de los muy a la alza Monteperdido; el diálogo exquisito entre flamenco y electrónica mantenido por Perrate | Arbol; la transmutación de Toni Martín, mitad de RomeroMartín, en acicate de la pista de baile como Ravecalé; el lirismo onírico de nuestra princesa de España, la única e inimitable rebe; los delirios entre pizzicatos de Rosin de Palo; la nueva ola a caballo galopante entre Nueva York y Urano de los autóctonos SecoSecoSeco; el emblema del arcade punk nacional, Sistema de Entretenimiento; las irresistibles melodías fractales con aroma kraut de Sofia; los estribillos cada día más coreables de Tic Muay Thai, power trío con miembros de bandas como Holögrama, Cosmovision y Hand of Fatima; y la puesta al día del cancionero popular desde una perspectiva se diría atemporal emprendida con éxito por Verde Prato.