Rivas Vaciamadrid, 4 y 5 de julio de 2025. Auditorio Miguel Ríos

Ocho años han pasado desde que por primera vez se encendieran las luces de los escenarios del Rio Babel. Ocho años en los que la prima de “cohesionar la escena musical española con la latina a través de sus exponentes más interesantes” permanece tan intacta como el primer día.

Si bien, esas tres primeras jornadas del festival, allá por el 2017, lograron congregar más de 25.000 asistentes en el ya cuasi-abandonado, (musicalmente hablando) recinto ferial de Madrid; hoy, ocho años más tarde y con un día menos, han logrado llenar uno de los mayores recintos y con mejores infraestructuras del sistema nacional; el Auditorio Miguel Ríos de Rivas-Vaciamadrid.

Más de 50.000 personas disfrutaron del oasis de música, humor y diversidad que representa este festival y que los ha llevado a posicionarse como uno de los eventos de carácter imprescindible en el panorama musical madrileño.

Ángel Muñoz

Ángel Muñoz

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Ante ellos, una jornada inaugural capitaneada por el grupo californiano Cypres Hill. La veterana banda, con más de treinta años a sus espaldas y decenas de millones de discos vendidos, demostró con su experiencia y energía, como ganarse la entrega del público en un concierto para el recuerdo.

El “ambiente tropical” de Rawayana y las meticulosas rimas del ya veterano Kase.O, articulaban un espectáculo memorable, maduro y reivindicativo, para el deleite de los presentes. Mr.Kilombo, Caravan Palace o Bacilos, entre otros, contribuyeron con sobresalientes actuaciones al ambiente festivo del recinto.

La jornada de clausura corría al mando de Estopa. El dúo catalán, encargado de protagonizar esa primera edición del festival hace ocho años, se daba cita de nuevo para consagrase, una vez más, como iconos de la rumba urbana. En un repertorio que repasó los momentos más importantes de sus 25 años de carrera, no podían faltar su “Fuente de Energía” o “Partiendo la pana”.

Pero, antes de ellos, la joven banda de rock extremeña “Sanguijuelas del Guadiana” eran los encargados de transformar las altas temperaturas del recinto en una explosión de energía, saltos y pogos. Al son de banderas extremeñas, los tres amigos demostraron como con autenticidad y compromiso, se pueden conseguir los sueños.

El gran guitarrista Yerai Cortés, marcó la actuación más emotiva del día. El sentimiento flamenco saltó del escenario para inundar el recinto en su totalidad. La finura de la interpretación combinado con la belleza de las voces y palmas de la banda, encumbró el momento a lo más íntimo de cada uno.

La rasgada e inconfundible voz de Bebe, acompañaba el atardecer del día, con el carácter feminista y reivindicativo que tanto la representa. Griso o No Te Va Gustar también participaron en la fiesta de este último día.