Fran González
Redactor
DISCO DEL MES DE OCTUBRE DE 2017
Subterfuge Records
Varias semanas después de la publicación del que es el cuarto trabajo de estudio de Neuman, sin contar su EP, «Bye Fear/Hi Love» (2013), en Revistaindie se lleva el premio de «Disco del mes». Muchos de vosotros pensaréis que vamos un poco tarde con la reseña, que ya son muchas las entrevistas que habéis escuchado y muchos los artículos que habéis podido leer incluso días antes de que viera la luz, pero es que a veces, algunos no podemos luchar contra los favoritismos y más desplantes que nos encontramos día a día. «Crashpad» (2017) no podía quedarse sin esta mención y os vamos a contar un poco el porqué.
Allá por mitad de abril de este mismo año, cuando volvíamos de las primeras vacaciones, aún con olor a torrijas, caía en nuestras manos el single de avance: «Boystar». Un recuerdo a la infancia transmitido a través de auténtico torbellino de sucios guitarrazos que traían impregnados consigo algo de «If» (2014) y que serviría de perfecto nexo de unión entre aquél y lo que aún quedaba por llegar. Prácticamente un mes después se descubría la segunda pieza del puzzle. «All that matters» eran y serán apenas doscientos segundos de auténtico sonido Neuman adulterado con una melodía pegadiza que no puedes parar de tararear cuando se escucha. Y, todo ello, sin hacer mención al silbidito que decora como guinda al pastel. Finalmente, para hacernos más apacible la espera, aparecía «Dizzy» como tercer single adelanto. Unos minutos de buen rollo germinados a través de un ritmo fresco y juegos vocales.
Cuenta a diferentes medios, Paco Román, que todo ha sido grabado en el estudio que ha montado en el sótano de su nueva casa en Granada. Al parecer, no se realizó de forma convencional, grabándose instrumento por instrumento, sino por canciones. «Me gusta complicarme la vida en la música, me gusta ponerme contra las cuerdas, evolucionar, y eso a veces lleva consigo arriesgarse», nos contaba Paco hace tiempo en la entrevista que le pudimos hacer a raíz de su anterior trabajo. Cansado de verse encerrado en el mismo habitáculo, decidió continuar algunas partes en estancias de la casa con las ventanas abiertas. Por ello, si se afina mucho el oído se puede descubrir, incluso, el trino de algún pajarillo. Ese es el comienzo de «Crashpad», en el que es su primer corte «Stones», obertura donde se pasa del ruido ambiente de ese patio granadino a las afiladas cuerdas del murciano-melillense.
Quién nos iba a decir que las notas de metales podrían encajar en uno de los temas del repertorio de Neuman. Pues ahí tenemos «Gibberish». Un nuevo y diferente registro que deja por un instante las distorsiones y las pedaleras e invita, en cierto modo, al baile y al jolgorio.
Como «Plastic Heaven» tiene su «Sil Fono», como «The Family Plot» tiene su homónima, como «If» tiene su «Battle Starship», «Crashpad» tiene su «Delete Files». Inagotables canciones que comienzan con una introducción que perdura lo que otros temas. Pasan por su apacible interludio para culminar en una coda que exponencialmente va a más, y en la que Paco zanrandea su guitarra, pulsa una y mil veces su pedalera, dobla la espalda o gira sobre sí mismo para acabar delante de su amplificador. Un riesgo al alcance de muy pocos y que, particularmente, me parece pura elegancia y distinción.
Después de la tormenta siempre llega la calma y, como ya encontrásemos en «If», el claro contraste de «Too Pretty» con “Baby in my Arms” vuelve a repetirse entre «Delete Files» y «Crashpad». Sin duda, Paco es una persona de contrastes. Simplemente su voz y unos arpegios sobre la acústica son suficientes para crear la canción que da nombre al disco. «Crashpad» son esos sitios de paso, áreas en los que pernoctar, lugares donde se fueron componiendo cada uno de los diez cortes del larga duración, hasta terminar de moldear en casa.
Si por algo se caracterizan las letras de Paco Román es por la cercanía a las cosas que de verdad le importan y rodean. Su familia no es una excepción como se ha podido comprobar en anteriores ocasiones y, esta vez, le toca el turno a su mamá. «Quite» está llena de emoción y sentimientos y, más aún, cuando se adultera con las teclas de un piano y las únicas palabras en castellano que encontramos en el álbum. Ya desde «Plastic Heaven» (2010), el piano era una pieza fundamental dentro de la banda, el cual encajaba a la perfección con la filosofía de las guitarras. Sin embargo, en los dos trabajos anteriores, su presencia se había ido difuminando, sobre todo en «If». Ahora, de nuevo cobra protagonismo en la mayoría de los cortes de este larga duración y más aún en esta última parte del mismo. Otra clara muestra es, sin duda, «End» donde las teclas tienen un protagonismo representativo al comienzo y fin de la canción y en la que se puede disfrutar también de un magistral punteo adornado por incesantes coros.
Tal y como hemos contado, «Crashpad» cuenta con una cantidad de registros, arreglos y estilos variados que, sin embargo, tras su escucha completa nos lleva a esa sensación de máquina de precisión perfectamente encajada. Al mismo tiempo, la vuelta a la composición originaria de la banda demuestra una vez más que menos puede llegar, en muchas ocasiones, a ser más. Eso sí, manteniéndose aún el espíritu Neuman de sonidos shoegaze y postrock. Un disco muy esperado que será de los más valorados en los cientos de listas anuales.