EL FESTIVAL QUE TE MERECES

Toledo. 10 y 11 de mayo de 2024, Recinto de La Peraleda.

Cambio de fecha para la segunda edición del festival de Toledo. Cuando las fechas son en mayo tienes el riesgo de la lluvias primaverales, o de días de frío. Como vivimos en un mundo loco, esta vez tocó un tiempo inmejorable en un festival que cada vez tiene mas mimbres para volverse uno de los clásicos del comienzo de temporada. 

Fran González

Fran González

Redactor

Fernando Tello

Fernando Tello

Redactor & Photo

Mejor organización que cartel, aunque esto de los nombres es muy personal. Ahora me llaman otras cosas y me interesan menos, pero hay que decir que había algunas perlas seguras. Esto combinado con producto local, hace que hora tras hora, la tarde y la noche se haga amena y sea corto el tiempo efectivo de musica. Dos escenarios casi gemelos, hacían que las esperas fueran mínimas y eso siempre es bueno. El único pero a la organización son los de siempre. El sábado hubo un lleno por encima de lo que el recinto podía soportar, y la gente mascaba la cántica siempre, más barras, más camareros, y más baños. Eso es fácil de solucionar, por lo que seguro que la edición III será todavía mejor. Como no bebo y no piso el baño, mi único pero es que el escenario dos debería tener mucha más potencia. Se quedó corto y en la parte de atrás no se escuchaba bien. Otra cosa fácil de solucionar. 

En cuanto a lo musical, el viernes llegamos para ver el final de Siloé ante un sol de justicia que calentaba justo enfrente del escenario. La gente ya estaba allí para verlos, la verdad es que me sigue sorprendiendo lo bien que trabaja el algoritmo para que Siloé sea tan aclamado. Digno de estudio. En otoño ya han llenado una noche en el Círculo y van a por la segunda. Cosas que pasan. Mucho mejor sonaron los toledanos Mallo, aunque con los decibelios menores del escenario dos, dieron un bolazo mientras el sol se iba escondiendo con esos naranjas que quedan de cine, con las guitarras afiladas de los Mallo. A Shinova se le notan las tablas curtidas que tienen de escenario tras escenario, festival tras festival y sala tras sala. Es lo que tienen, trabajo y más trabajo. Interesante puesta en escena y la energía de Gabriel hacen el resto y pese a la impresión de que siempre suena la misma canción, son muy redondos. Los extremeños Neverland Bari saltaron al 2 con el público entregado y son energía pura, aunque suenan a todo lo demás, lo que oímos en el festival y lo que nos intentan meter por el correo todas las semanas. Hay semanas en las que piensas que no oirás nada nuevo y Neverland Bari, tiene que cerrar el círculo. A la espera quedamos. Love of Lesbian llegó, tocó, cantó y se acabó. Siempre transmiten, siempre suenan bien, siempre cumplen, y ya son unos años. La gira de ahora es más normal, más de señor «mayor», no es la gira de la tijera, que fue sublime, y quizás en algún momento puedes pensar que han perdido la chispa, pero siempre está John Boy para subir el ánimo.

El sábado, como es normal, se esperaba lleno total, y así fue. Por encima de lo esperado y con agobios en la parte central, porque delante había hasta hueco. Parece que todo el mundo quiere ver el concierto desde el mismo sitio, y esto es un problema. Mientras Malmö 040 afilaba sus guitarras, tuvieron puntos geniales, que ni yo me esperaba, aunque otros eran algoritmo puro, el recinto se iba llenando. Carlos Sadness salió al escenario descolocado, no sabía que hacía tanto sol, cantó diez veces la misma canción, o eso me pareció a mi, y salió para dar cabida a Niña Polaca, que nunca defraudan, guitarras afiladas y hasta quejas coherentes de un cartel donde quizás faltaban mujeres. Ya llegarán, la organización debió pillar el guante y seguro que ya tiene en mente bandas maravillosas para el año que viene. Vetusta Morla es un espectáculo siempre, y suena a banda de verdad. Estos no fallan. Y la gente se volvió loca apreciando lo que la banda madrileña a conseguido a lo largo de todos estos años. El cupo local del día lo completaron los Veintiuno, con sus sonidos de siempre y con un lleno en el escenario dos. Y para terminar unos Viva Suecia alocados, menos que la última vez, pero ásperos y enganchados a algo que no se lo que es. No terminan de sonar redondos, aunque eso no importó a la legión de fans que copaban la masa amarilla de los suecos.

Asentado ya y buscando fecha definitiva el Beat es el festival que desde hace años se merecía Toledo. Bien organizado y con las ganas, espero, de aprender lo que mejorar, para que año tras año se asiente en una ciudad que por fin a respondido a las expectativas llenando de éxito el festival.