Madrid, 11 de octubre de 2019. Fun House

Cualquiera podría pensar que estos chicos, ya entraditos en años, venían de turismo a nuestro país. Pero cuando les ves en directo….la cosa cambia, van muy en serio. Estos chavales empezaron su andadura allá por mediados de los 90, con su espíritu salvaje y garajero de los 60,

al cual aún se aferran, arrasando por todas las salas del continente europeo, haciendo discos de enorme éxito y codeándose con los mismísimos Hellacopters.

Nacho Bravo

Nacho Bravo

Redactor

Hoy se presentan en la sala Funhouse, a medio gas, lo cual es sorprendente e indicativo del estado de letargo que sufre el rock and roll en nuestro país, para hacer un recorrido por su discografía y presentar algunos de los temas de lo que será su nuevo LP, cargado de melocotonazos de rock and roll, garaje y blues sureño. Desprenden energía, wattios y autenticidad por sus poros y guitarras.

La cosa empezó de menos a más con Crashing down, Hyena, Do the Bama Lama, La Bruta, Loose my soul, Spanish Blood, y un sin fin de cartuchazos que puso la sala patas arriba durante más de hora y media.

El señor Martínez dejó a la gente boquiabierta con su potente voz, sus saltos míticos y sus frenéticos bailes por toda la salay, Ski Williamson hizo lo propio con su impresionante control sobre su american Strato, y el enorme Jay Burnside dio una clase magistral de batería de principio a fin, salvaje. No, no están de viaje, ni de vuelta, porque nunca se fueron. Todo terminó cómo deben terminar los buenos conciertos, pincho de tortilla y dos dobles en la plaza de Olavide, comentando el conciertazo con mi gran compañera y enorme fotógrafa, Ana Castro. Larga vida al rock and roll.