SERIE DEL MES DE SEPTIEMBRE DE 2018

Una mega empresa de comunicaciones, poder, dinero, herencias, traiciones y, si fueran manchegos, solo faltarían problemas de lindes. Con todos estos ingredientes en la coctelera,¿qué puede salir mal? HBO nos invita a descubrirlo en Succession, una de sus producciones más reconocibles, en cuanto a sello, de los últimos años.

La familia Roy dirige y posee un brutal emporio de empresas de comunicación. Se ha hablado mucho sobre la similitud con el imperio Murdoch, salta a la vista.

Borja Peinado

Borja Peinado

Redactor

Logan Roy es el cabeza de familia, un tiburón de las finanzas, tan despiadado como el capitalismo más voraz, por no decir asqueroso, pero tienen un problema, es viejo. Los problemas de salud del líder supremo van a traer la revolución, o al menos el intento de ella, a la familia y a la empresa.

Logan Roy tiene 4 hijos y solo uno tiene auténticas ganas de dirigir la compañía, el resto, a priori, se dedican más bien a chupar del bote y a planear como repartirse la herencia

La familia Roy es una familia disfuncional poco vista en ficción, me explico. Normalmente, cuando se nos presentan este tipo de familias, los personajes están diseñados para que nos caigan bien, nos sintamos representados por ellos, o al menos sintamos cierta empatía. Es realmente difícil empatizar con los personajes de Succession, sobre todo con los masculinos, son asquerosamente ricos y malcriados. Mención especial para el hijo pequeño, Roman, protagonista de hazañas altamente despreciables, aunque, eso sí, muy divertidas.

Pensemos en por qué es tan recomendable esta serie, que es muy sencillo, tiene el sello inconfundible de su creador, Jesse Armstrong. Mala baba, diálogos con numerosos tacos, humor negro y un genial retrato de la codicia y el patetismo humano. Jesse Armstrong es el creador de la maravillosa y desternillante sátira política británica de 2005 The Thick Of It. Vaya por delante que es una de mis series favoritas de siempre. En ella podíamos encontrar todos los ingredientes de Succession, pero con un punto más cómico y loco. Succession es , al fin y al cabo, un drama familiar y de poder, pero no deja de tener cierto toque de parodia también. Además, no faltan esos golpes de zoom desconcertantes que tanto abundaban en The Thick of It. Donde más podremos identificar la marca Armstrong es en la relación de dos secundarios, Tom, prometido de la hija de la familia y Greg, un aparentemente atontado larguirucho y gorrón que hará lo que sea para progresar en la empresa.

Hay otras grandes genialidades de este creador que no puedo dejar de recomendar, como, por ejemplo, las historias de una pareja de piso de perdedores patéticos de Peep Show (2003) o la gran gran gran comedia negra sobre terrorismo islámico Four Lions (2010).

Hay algo que quizás podamos achacarle a esta primera temporada. Por un lado, la trama quizás se centra demasiado en lo familiar, que no deja de ser interesante, pero quizás en el futuro podamos ver más sobre las relaciones políticas, que dejan entrever hacia el final y tal vez la relación de la empresa familiar con los medios de comunicación. El otro punto en el que cojea, en mi opinión, es en la falta de personajes femeninos, solamente tendríamos a la hija del clan, Shiv (Sarah Snook), con suficiente peso en la historia. Puede que también veamos más en la segunda temporada de las secundarias femeninas que aparecen en la serie.

En cuanto al reparto, sin duda hay que destacar al protagonista principal, Jeremy Strong, que interpreta a Kendall Roy, un hijo atormentado por impresionar a su padre y por su incapacidad para conseguir el poder. Hay dos caras muy conocidas que destacan, no sabría decir si por divertidas o por lo lamentables que son como personas. Una es el hermano de Macaulay Culkin, Kieran, que interpreta a Roman y  está perfecto haciendo que odiemos a su personaje. La otra cara conocida es el pusilánime  hermano mayor, Connor, interpretado por Alan Ruck, sí, Cameron en ese clásico de los 80 llamado Todo en un día.

El final con un tormentoso evento familiar a lo Celebración de Vinterberg nos va a dejar con ganas de más. Más traiciones, más tacos y más humor negro, junto con ese piano clásico y esa base hiphopera de la sintonía que nos acompaña en tantos momentos de la serie.