Si se hubiera puesto música con más frecuencia a muchos de los poemas del mundo, la poesía sería, con diferencia, el género literario más escuchado y quién sabe si también más leído. Lo ha hecho durante toda su carrera Paco Ibáñez con algunas de las obras maestras de nuestra lírica. O Joan Manuel Serrat primero, con Antonio Machado y Miguel Hernández y más tarde con Mario Benedetti. Mikis Theodorakis, y tantos otros antes y después que él, han musicalizado la poesía de Pablo Neruda. La lista es demasiado extensa.
Las letras, con música, entran mucho mejor. Porque la música tiene algo especial: seduce, atrapa, emociona, fija las palabras en la memoria. Y las letras, cuentan mucho.
Hoy comienza una nueva aventura.
De manera simplista, las canciones (salvo las instrumentales) se componen de dos elementos: letra y música. Por regla general, los buenos músicos suelen ser, o tener, también buenos letristas. Pero esto no siempre ocurre. Existen canciones de cierta belleza sonora que defraudan por la simpleza de sus letras y al contrario, poesía y profundidad lírica arropadas con sonidos que no dicen gran cosa. Aunque lo normal es que ambos componentes formen una unidad indisoluble, se complementen bien y se retroalimenten mejor.
Inauguramos en revistaindie una nueva sección titulada LAS LETRAS CUENTAN, en la que, fragmentando las canciones en dos, nos ocupamos en exclusiva de la parte dedicada a la palabra.
No se trata de realizar estudios de letras que forman parte de la Historia de la Música con mayúsculas, sino de propiciar un acercamiento más o menos oblicuo a algunos aspectos concretos de canciones, artistas, discos, etc., de la más reciente actualidad, sobre todo. Tanto del pop como del rock nacional.
Básicamente, dichas aproximaciones girarán en torno a cuatro centros de interés:
- Estudio lingüístico y/o literario de canciones o discos.
- Análisis de temáticas.
- Ilustración de letras asociadas a determinados momentos históricos.
- Recorrido autoficcional por letras de canciones que me interpelen de alguna manera o al hilo de las cuales pueda reconstruirse, gracias a las palabras, parte de mi historia personal, mis obsesiones o mis intereses vitales.
Nadie piense que la selección tiene ni siquiera que ver con el gusto más íntimo de quien esto suscribe. No es cuestión de gustos, solo de percepciones, de latidos.
Cada dos semanas encontraréis en este rincón musical un nuevo capítulo sobre canciones que forman, directa o indirectamente, parte de nuestras vidas.
Pido disculpas de antemano por la osadía, pues no soy un experto en el tema y disto mucho de semejarme a un crítico musical. Tampoco ese es mi cometido. Si acaso tratar de desentrañar el sentido último de las letras de algunas canciones, interpelar a quienes se sientan identificados con ellas y, quizá, entretenerles un rato.
Espero que os guste la propuesta, aunque soy consciente de que tal vez no sea así.
Buen viaje a quienes decidan acompañarme en la aventura. Y muchas gracias
Fernando Molero