Madrid, 31 de agosto de 2024. Recinto Ferial de IFEMA

La jornada del sábado fue la más multitudinaria de las tres programadas, elevando la asistencia total a 41.500 personas durante todo el festival. Incluso con una mayor congregación de público los servicios y accesos del festival continuaron bien dimensionados, manteniendo la comodidad y accesibilidad en todo momento.

La tarde comenzaba al ritmo de la banda de jazz Ezra Collective, ganadores del prestigioso Mercury Prize en 2023 con su disco “Where I’m Meant to Be” (Partisan Records, 2022), un premio histórico al recaer por primera vez en la historia en un grupo de jazz. El animoso quinteto formado por batería, trompeta, saxofón, bajo y teclado llevan el jazz a otro nivel gracias a su mezcla con afrobeat, reggae, hip-hop o soul. El directo de los británicos es una fiesta a la que todo el mundo está invitado, una celebración de la vida en la que no puedes dejar de moverte, pero si lo haces ya se encarga Femi Koleoso, líder y baterista, de volver a levantarte con sus arengas festivas.

Pakito Serrano

Pakito Serrano

Redactor

La también británica Olivia Dean desplegó toda su elegancia y magnetismo en el escenario dos. La joven intérprete, con un solo disco en el mercado, que actuó en el pasado festival de Glastonbury y visitaba por primera vez España, nos dejó con la boca abierta por su dulce y potente voz, educada en coro góspel y la prestigiosa “BRIT school”, y por su capacidad innata para manejar los tiempos sobre las tablas. Capaz de interpretar con contenida pasión las baladas más introspectivas o poner a bailar al público sin complejos con sus temas de corte más pop.

Foto: Sergio Albert

Foto: Sergio Albert

Uno de los platos fuertes del festival era la visita de los icónicos Massive Attack quienes repasaron su discografía durante hora y media de concierto en la que se sucedieron los momentos de emoción desbordante. Los de Bristol, inconmensurables e impecables en lo sonoro, acompañaron su música con un espectacular y político juego de proyecciones, con el que quisieron remover conciencias y denunciar alguna de las guerras que asolan nuestro planeta, con especial atención al genocidio que Israel está cometiendo en Palestina. Massive Attack volvieron a demostrar por qué siguen siendo necesarios tras más de treinta años de carrera.

El testigo lo tomaron Jungle, la banda liderada por Josh Lloyd-Watson y Tom McFarland que ensancha los límites de la música electrónica hacia los territorios del R&B, del soul y del funk, creando una fusión bailable, festiva y totalmente adictiva. Los ingleses resultan imparables en directo gracias al increíble arsenal de hits que atesoran tras la publicación de cuatro LPs y al apoyo permanente en las voces de Lydia Kitto, quien se convirtió en miembro permanente del grupo tras su contribución en los dos últimos discos de Jungle. Una apuesta segura.

Una gran mayoría de los asistentes con entrada de día para el sábado lo hicieron con la intención de presenciar el show iconoclasta de Sam Smith que volvía a Madrid dentro del Gloria Tour en el que artista se encuentra inmerso en estos momentos. El cantante y compositor, convertido en un icono internacional de la diversidad, no dejó indiferente a nadie con su arrolladora personalidad, exuberante carisma y voz única. El cierre del festival corrió a cargo de la joven DJ Peggy Gou que desató la euforia con una exquisita sesión de house y techno. La también productora surcoreana se ha convertido en una de las DJs más reconocidas del mundo gracias a actuaciones como la del pasado sábado en Kalorama.

Como dijimos en nuestra introducción el Kalorama pasó con gran nota su primera edición en la capital a pesar de las bajas de dos cabezas de cartel y superponiéndose a la impresionante tormenta eléctrica que no consiguió tumbar la jornada del viernes. Entre los puntos fuertes del festival resalta su cartel ecléctico, atractivo y mayoritariamente internacional, que nos permitió disfrutar de bandas que raramente visitan la península o que lo hicieron mucho tiempo atrás. Además, es importante poner en valor la excelente calidad de sonido y el buen dimensionamiento del recinto y sus infraestructuras del que ya hemos hablado. En su debe quedan, entre otros, el no haber conseguido un grupo de nivel para sustituir a The Smile, uno de los grandes reclamos del festival, y la mejorable comunicación/interacción con los asistentes en redes sociales que inundaron su perfil de preguntas razonables.

Foto: Sergio Albert

Foto: Sergio Albert