Getafe, 28 de junio de 2019. ACAR

Pocos son los festivales que persiguen la calidad en las diferentes corrientes artísticas, y menos son aún, los que apuestan por los movimientos más transgresores de la música. Con los dedos de las manos se pueden contar aquellos que, después de 10 años, permanecen con la misma vitalidad, frescura e ideales que el primero. El festival Cultura Inquieta tiene, sin duda alguna, una posición ganada a base de sudor y esfuerzo en ese pequeño colectivo cultural.

Puntual, como siempre, rondaban las 9 de la tarde en la Agrupación de Acuartelamiento Aéreo de Getafe cuando las luces del escenario se encendían por primera vez en esta segunda jornada del festival, correría protagonizada por Green Valley, Iseo & Dodosound with the mousehunters y Macaco.

Ángel Muñoz

Ángel Muñoz

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“Música, compromiso y diversidad cultural”. Estos tres adjetivos eran los utilizados por la organización para definir el día. Música como pilar fundamental; diversidad como ritmos, sonidos y matices musicales exquisitos, diferentes y, por qué no, peculiares; y compromiso por pensamientos e ideas que invitan a la reflexión ética y moral.

Era la banda encabezada por el vitoriano Ander Valverde la encargada de dar el pistoletazo de salida. Frente al escenario, una difícil etapa con varios puertos de primera categoría y alguno que goza del apelativo de especial; pues los 40ºC poco animaban a cantar y bailar, más a buscar sombra y agua. 

Pero como todo buen ciclista profesional, Green Valley no desistió, y en uno de esos puertos que solo los grandes son capaces de hacer frente, subieron de piñón, llegaron a la cumbre y el público se echo a la pista. Saltos, Gritos, bailes abrazados; a la de tres, los pogos se iban sucediendo, las sonrisas afloraban y no se cerraban.

Lo habían conseguido, el entorno feliz del reggae y dancehall de “El mensaje de la luz”, “Hijos de la tierra” o “No me voy a rendir”, entre otros, se ganaron a los espectadores.

Con el sol ya oculto tras la montaña, el panorama que se dibujaba frente a los navarros era mucho más alentador que el que se encontraba su compatriota anterior, pero no por ello bajaron el ritmo, todo lo contrario; el dub hizo acto de presencia. 

Acompañados por la sección de viento que conforma The Mousehunters, Dodosound saltaba al escenario precedido, pocos segundos después, por Leire (Iseo). La compenetración entre ambos era perfecta, él ponía el ritmo, ella la voz, ellos eran la perfecta compañía. Sin duda alguna, uno de los grupos más potentes no solo del presente musical, sino también del futuro.

La juventud de la banda no fue excusa, la máquina, la voz y los vientos invadieron la pista e hicieron las delicias de los presentes con temas como “Vampire” y “Dame”. “Qué ritmo, que bueno, que suave”; con esas palabras agradecía la joven cantante la completa entrega del público.

Tampoco faltó a la cita su nuevo single, recién sacado del horno  “Broken Speaker”, canción que destaca por la rápida transición entre momentos líricos y otros de mayor intensidad y de rap; todo ello bien acompañado por los nuevos sonidos que tanto caracteriza la investigación musical que lleva a cabo la joven banda.

Tras una breve pausa en la que se leyó un manifiesto de apoyo y compromiso con el movimiento LGTBI; la juventud y el futuro que representa a los navarros dio paso al presente, a la experiencia, al mestizaje; dio paso a la Rumba, al Ska, al Reggae, al Rap, al Flamenco, al Pop; dio paso a Macaco.

El barcelonés, envuelto en el lanzamiento del que es su octavo trabajo, “Civilizado como los animales” no se hizo esperar sobre el escenario, su comienzo fue cual volcán en erupción. “Vive la vida (a tu manera)”, “Moving” y “Love is the only way” fueron los tres primeros temas elegidos; canciones durante las cuales quedó claro que no se estaban guardando nada, lo iban a dar todo y para todos. Fue durante la última de estas tres cuando, por primera vez, entró en contacto con el público, saltando del escenario al foso para cantar y disfrutar junto a los asistentes.

El marcado carácter reivindicativo que caracteriza toda su discografía también estuvo presente durante su concierto, pero sobre todo en canciones como “Lo quiero todo” a la que introducía “no hay que confundir conformismo con aceptación” u “Ovejas negras” oda a las diferencias, tal y como él la definió.

De esta manera, se llegaba al final del concierto y de la jornada del festival al ritmo de “Bailo la pena” tema del último disco, “Con la mano levantá” o “Blue”. En este punto, Macaco no cantaba desde el escenario, ni siquiera desde el foso, sino desde el centro de la pista, junto a un público comprometido con los artistas tanto como ellos lo estaban con los asistentes, con la cultura, con el festival.