Daniil Trifonov vuelve una vez más al Ciclo de Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo el próximo 24 de marzo para ofrecer un programa dedicado exclusivamente a la música de J. S. Bach.
La Sala Sinfónica del Auditorio Nacional será testigo, una vez más, de la magia musical del prodigio ruso. A sus 30 años, Trifonov ya se ha convertido en futuro y presente del piano. Su vuelta a Grandes Intérpretes supone una muestra más de la evolución del que posiblemente sea el abanderado de la actual escuela rusa de virtuosos. Aun así, nos encontramos frente a un programa en donde el virtuosismo debe producirse a un nivel más mental que físico. El Arte de la Fuga de J. S. Bach será el pilar central de este recital, acercando a Trifonov a una atmósfera más alejada del Rachmaninov, Prokofiev o del Liszt al que nos tiene acostumbrados.
El virtuosismo en Bach no se esconde en agilidades asombrosas que muestran las capacidades técnicas del intérprete. Bach encuentra su virtuosismo en la superposición de melodías autónomas que conversan y dialogan hasta tal punto que lo diferente y ajeno se transforma en un solo mensaje.
De ahí que, 270 años tras su publicación, siga siendo de interés universal para muchas culturas ajenas a la música centroeuropea. Junto a El Arte de la Fuga, Trifonov nos propone dos transcripciones que escoltan a la pieza mayor: en primer lugar y dando inicio al recital, la transcripción para mano izquierda que hizo J. Brahms de la Ciaconna de la Partita en Re menor BWV 1004. Como colofón final, el arte de la cantata no podía faltar en un recital dedicado al genio de Eisenach. En esta ocasión, la transcripción que la pianista británica M. Hess hizo del Jesus bleibet meine Freude de la cantata BWV 147 será la encargada de clausurar la vuelta de Daniil Trifonov a Grandes Intérpretes, que inició su senda en nuestro ciclo allá por el año 2017 y que, según augura su talento y esfuerzo, aún tiene mucho que contar.