Bercelona, del 10 al 13 de julio de 2024. Parc del Forum
El pasado miércoles 10 de julio arrancaba el festival más esperado de la ciudad de Barcelona por los residentes de esta, nuestra ciudad. Y es que, con permiso de otros festivales que logran conseguir los mejores carteles, el Cruïlla también puede presumir de conseguir reunir a cualquier grupo de amigos, construïr el mejor team building o incluso que, desafortunadamente, te encuentres a ese “ex” con el que jamás hubieses coincidido paseando por Las Ramblas, y es que si de una cosa puede realmente presumir el Cruïlla, es de mantenerse como el festival de referencia para los locales de la ciudad, festival que siendo accesible y que ofrece una variedad cultural y de estilos musicales que permite la unión y convivencia de los gustos más variopintos.
Georgina Castellví
Redactor
Así, los primeros dos días del festival fueron protagonistas, como siempre, del ambiente más relajado, y los que tuvimos la suerte de poder asistir, pudimos bailar y cantar viendo de cerca a nuestros artistas. El escenario Johnny Walker inauguró el festival con la actuación de Maria Blaya, poco después llegó Maria Escarmiento al escenario Vueling y, seguidamente, inauguraba el escenario Estrella Damm el grupo Figa Flawas, cuya actuación, aunque muy esperada teniendo en cuenta el crecimiento que está experimentando dicho grupo últimamente, muchos desafortunadamente nos perdimos. Y es que el grupo comenzó su actuación a las 17:15h del miércoles, quizás demasiado pronto para muchos fans. Seguidamente siguió la fiesta con la actuación de 31 FAM, pero si algo cabe destacar del miércoles, fue la actuación de Trueno, que nos regaló un espectáculo impecable y cargado de energía, logrando la mayor concentración de público junto con Maria Becerra, cuya actuación cerró el primer día del festival y, aunque no podemos decir que cantó increíblemente, sí nos hizo bailar a todos, protagonizando una gran performance.
Llegó el jueves 11 y con él, un ambiente distinto del día anterior, lo que resulta maravilloso y difícil de lograr, pero así es el Cruïlla. Las actuaciones de Chucho Valdés, Azucarillo Kings y, sobre todo, Grupo Niche, convirtieron el Parc del Fórum en una gran pista de baile. Mientras los más experimentados bailaban sin parar al son de los mejores ritmos latinos, otros no podíamos dejar de observar cuantos pasos distintos entrelazaban con cada pareja de baile, interactuando todo el mundo como una gran familia. Y cómo no mencionar la actuación de Olga Tañón, que conquistó en un solo día y para siempre el corazón que todos los asistentes. Vestida con un traje rojo brillante (zapatos incluídos) y la mejor de las sonrisas, mantuvo durante toda la actuación una actitud impresionante que generó entre los asistentes un ambiente festivo y divertido que nos hizo pasar el mejor atardecer mientras bailábamos y reíamos con ella, con su naturalidad, sus pasos mágicos y su energía contagiosa. Tras abandonar el escenario Estrella Damm nos dirigimos al escenario Occident donde, una vez más, el público había cambiado completamente: actuaba La Plazuela. El grupo granadino no dejó a nadie indiferente, como siempre, y es que su mezcla de flamenco, funk y electrónica nos hizo disfrutar de otra de las mejores actuaciones del festival. Cabe destacar que los granadinos ya se han consolidado en el panorama musical español por la calidad de sus melodías y el canto a las raíces. Y después de todas estas actuaciones, el jueves no podía terminar mejor que con las actuaciones de Ladilla Rusa y Oscar D’León, que también dividieron al público. Mientras Ladilla Rusa nos hizo cantar, reír sin parar y seguir locas coreografías que nos unieron a todos en un ambiente desenfadado, Oscar D’León cerró el jueves con pegajosas melodías que dieron paso a nuevos bailes de pareja entre el público.
El viernes 12, inauguró el escenario Vueling el grupo catalán Malmö 040, que a pesar de tocar a las 18:15h de la tarde y con un sol que nos asfixiaba, consiguió reunir a muchas personas saltando frente al escenario o cantando su improvisada versión de nuestro querido “Boig per tu”. En el concierto de The Kooks empezamos a apreciar que el Parc del Fórum estaba bastante más saturado que los días anteriores, por lo que no podíamos permitirnos alejarnos mucho a riesgo de escuchar a Avril Lavigne de lejos (para algunos viable, pero no para cualquier millenial). Y llegó el momento, estábamos todos pegados a quien tuviésemos delante para ver actuar a nuestra ídolo de la adolescencia, que no olvidó ninguno de sus himnos. Resultaba emocionante cantar todos al unísono temazos como “Complicated”, “When you’re gone”, “Girlfriend”, o la más esperada, ”Sk8ter boy”, que a muchos nos transportó a otra época, siendo que además, dos afortunados del público tuvieron también la suerte de recibir un skate firmado de manos de la propia Avril Lavigne. Tras dicha actuación, que reunió prácticamente a todo el público, vivimos uno de los pocos momentos del Cruïlla en los que la gran organización no logró evitar las largas colas y esperas en los baños, un problema que el festival no suele tener, siendo justo destacar la agilidad de todos los servicios. No sucedió lo mismo con las food trucks ni en las barras, en las que no tuvimos que esperar mucho ninguno de los días del festival, algo de lo que no pueden presumir todos los festivales. Mientras tanto, en el escenario Vueling sonaba la impresionante voz de Selah Sue, que seguramente se dio a conocer entre muchos asistentes del festival que hasta el momento desconocían su gran talento e hipnótica voz, siendo también esta la magia de los festivales, descubrir. Seguidamente llegó el turno de Amaral, un grupo de los de siempre, que ha estado presente en todos nosotros y que, lo escuches o no, tampoco te deja indiferente. Y es que incluso los que no solemos escuchar regularmente Amaral nos hallamos de repente cantando todas y cada una de las canciones sin olvidar ni una coma, recordando melodías que han marcado nuestras vidas y emocionándonos sin quererlo con las preciosas letras del grupo, liderado por la espectacular energía que emanaba de la voz de Eva Amaral. Y cerramos el festival con las actuaciones de La Paloma, que nos llevó por primera vez al escenario Vallformosa, alejado de todos pero donde pudimos saltar como nadie, también Besmaya, con sus canciones pegadizas y emergentes y finalmente Delaporte, que cerró el viernes con una gran fiesta, como era de esperar.
Y con el cansancio acumulado de los tres días anteriores, sobre todo para aquellos que compaginamos el trabajo con el festival (algo que parece imposible pero que algunos temerarios seguimos haciendo), iniciaba el sábado 13, último día del Cruïlla. Esta vez los hermanos Ginestà inauguraron el escenario Vueling con sus canciones dulces y ligeras, dando paso después a The Tyets en el escenario Estrella Damm, que protagonizó otra de las actuaciones más multitudinarias del festival, organizando múltiples sardanas a lo largo del Parc del Fórum, y es que llenaron absolutamente cada rincón. La actuación de Johnny Marr, ex-guitarrista de The Smiths, consiguió unir varias generaciones del mismo modo que lo hicieron los Pet Shop Boys, consiguiendo que el festival sea un espacio para disfrute de todos. En el escenario Vallformosa iniciaba su actuación a las 23:45h Pole., así que allí nos dirigimos para presenciar otro estilo completamente distinto, la rumba. La actuación estuvo a la altura de lo esperado, con melodías pegadizas que prometen ser sucesoras del grupo Estopa, con quien el artista ya ha compartido estudio, y que nos hicieron disfrutar de un estilo que los barceloneses llevamos dentro. Tras ello, era el esperado turno de los Smashing Pumpkins, que para mí, que a partir de ese día me puedo considerar una nueva fan, fue la mejor actuación del sábado. Resulta imprescindible destacar la naturalidad y excelente sentido del humor del grupo, subiendo a sus hijos pequeños al escenario, interactuando con el público o haciéndonos reír. Pero aún más necesario es destacar la impecable voz de su cantante, Billy Corgan, así como el poder sobre el escenario, la presencia y la perfección técnica de su guitarrista, Kiki Wong, y es que pocas veces tenemos la fortuna de ver a una mujer con semejante protagonismo en un grupo de rock, ya formado con anterioridad y además liderado por hombres, literalmente captando toda la atención con su energía. Y siendo así, tras la increíble actuación de los Smashing, parecía que el festival ya no podía ser mejor, habíamos gastado toda nuestra energía, pero aún tuvimos fuerzas para escuchar a otro de los grupos más influyentes del panorama musical catalán: Oques Grasses, que también consiguió llenar cada rinconcito del escenario Estrella Damm. Y no podíamos cerrar el Cruïlla 2024 de mejor manera que asistiendo a la fiesta de graduación que organizó La La Love You en el escenario Vallformosa, eligiendo incluso a los reyes del baile.
Un año más, nos faltaron horas para poder disfrutar del festival y todo lo que nos ofrece, otro año sin poder disfrutar del Cruïlla Comedy y mucho menos de las propuestas alternativas a los conciertos, que resultan muy atractivas para aquellas personas que quieren vivir el festival de otro modo. En nuestro caso, pudimos disfrutar, aunque escasamente, de la Silent Disco, una nueva propuesta del festival que nos pareció muy acertada, y realmente de poco más, pues todas las actuaciones musicales nos resultaron muy atractivas, por lo que apenas nos despegamos de los escenarios. No obstante, no dejan de ser nuevas propuestas que logran proporcionar un mayor atractivo al festival y que, en la línea de lo que pretende la propia organización, consiguen una integridad cultural y tal variedad de opciones, más allá de la música, que permiten considerar al festival como una gran propuesta cultural muy completa.
Por ello, esperamos como siempre con muchas ganas el Cruïlla 2025, cuyos abonos, por cierto, ya están disponibles, sabiendo que no nos importa en absoluto cuál será el cartel del festival, pues sea el que sea, merecerá la pena como siempre.