Jaime Lahoz

Jaime Lahoz

Redactor

DISCO DEL MES DE MARZO DE 2018

Primavera Sound

Tengo la impresión de que bastantes bandas graban su primer disco tras años de hacer temas, rodarlos, pulirlos y seleccionar los que incluirán en su primer álbum. Es por esto que algunos grupos pegan el “pelotazo” con el disco con el que se dan a conocer y, probablemente empujados por su sello discográfico, nos decepcionan a todos con su segundo (o quizá tercer) álbum, compuesto y grabado a todo correr para no perder el hilo de la fama/caché conseguida con su opera prima. Evidentemente no se consigue la misma calidad en diez o quince años de vivir por y para hacer un disco que si tienes que hacer promo del anterior, defenderlo en la mayor cantidad de conciertos posible y además montar otros 10 o 12 temas.

Digo esto porque después de alucinar con el  tremendo escalón que hay entre el “Eurie” (primer disco de la banda de Mungía, publicado en 2013 y que me gusta bastante) y el “Hamen” (publicado en 2016 y que me encanta) tenía la duda de si estos “jovencitos” podrían mantener el ritmo de evolución de la técnica, la sofisticación en las composiciones y el acierto con los arreglos. Sobre todo si tenemos en cuenta que dada la edad de los integrantes de Belako (un dato que desconozco, pero que a juzgar por su aspecto me atrevo a decir que debe rondar los veintipocos años) la opción de que llevaran muchos años “picando piedra” para sacar su primer disco no existe. ¡Pues van por el tercero! ¡En cinco años! ¡Y vaya temazos!

La respuesta a la pregunta que me hacía antes de la primera escucha de “Render me numb, trivial violence” es: “si”. A pesar de que no son unos instrumentistas legendarios, se nota que han currado desde el último disco y no digamos desde el primero. Tanto técnicamente como en el jugo que le sacan a sus recursos y el carácter que le dan a sus sonido.

La estructura y las dinámicas de sus canciones son mucho más sofisticadas, abarcando un abanico de tensiones más amplio del que habían propuesto hasta ahora. A pesar de que, evidentemente, se pueden averiguar sus influencias, sus canciones tienen unas señas de identidad personales y auténticas, el principal motivo por el que felicito a la banda euskalduna, no es fácil tener un sonido propio. En un momento en que hay un buen montón de bandas que parecen preocuparse únicamente por dar con el “hit” que encaje en los festivales y se copian unas a otras hasta la saciedad, es una alegría escuchar un disco cargado de autenticidad y de “concepto” ¡bravo Belako!. 

Los cuatro primeros temas del disco (“Maskenfreiheit” “Lungs” “Two Faced Simulation” y  “Over the edge”  junto con “Something to adore” (decimosegundo tema) son donde más se nota la herencia de sus dos primeros álbumes, temas rockeros a base de riffs de guitarra potentes que se te instalan directamente en la cabeza (particularmente el de “Over the edge”). Son mis temas favoritos del disco (claro, a mi lo que de verdad me sube las pulsaciones es el rock) y donde creo que han estado más inspirados los Belako. Mención a parte merece “Stumble” tema que me ha ido gustando más y más con cada escucha del disco y que camina como un batallón militar hacia la batalla a pesar del título y que creo que es un buen ejemplo para notar la progresión de la banda de la que he hecho mención más arriba.

“Nice church”, “The fiend thinker” y “Strangers in a box” son temas que comparten el hecho de ser básicamente electrónicos pero que tienen caracteres bien distintos. El primero crea una atmósfera bastante psicodélica y oscura, mientras que el segundo lo podrían pinchar sin ningún problema en algunas discos pero que de alguna manera respeta el estilo de la banda. “Strangers in a box” es una balada cadenciosa cuya melodía me encanta, pero el arreglo no me acaba de enamorar la verdad, creo que choca un poco con la tensión que transmite la voz, quizá sea un efecto buscado a propósito que no he sabido interpretar.

Para el final dejo las cosas que no son mis favoritas del disco (ojo, me parece un buen disco, pero igual que hay partes favoritas hay partes que no lo son).  “Stumble II” es un baladón que rompe bastante la escucha del disco, me hizo perder un poco la atención. “Render arp” (tema de 1 minuto) actúa como intro para “Render me numb”, pero no me parece que aporte demasiado al disco, al igual que “Maskenfreiheit II”, tema que cierra el disco. “Render me numb” me da la sensación de que usa un sampler del riff de “Over the edge” y se me hace demasiado largo…  no sé si por decisión propia me da la sensación de que han querido ·”estirar” el disco hasta los 14 temas y alargar la duración de alguna de las canciones sin necesidad. Prueba de ello es el decimotercer corte “Hegodun Baleak II”, de 5’19min de duración y secuela de “Hegodun Baleak” una balada ye-ye disfrazada de rockera con la producción incluida en su segundo disco pero que no incluiría en mi lista de canciones favoritas.

Después de este párrafo “criticón”, retomo lo que es la sensación general que me ha dejado “Render me numb, trivial violence”: los Belako son una banda en progresión tanto técnica como creativa y, sobre todo, rebosante de talento, ideas y motivación que, en mi opinión va a “ir para arriba” y no me extrañaría que se consagrara como una banda de referencia en el panorama. No he tenido la oportunidad de verles en directo, pero tengo aún más ganas de hacerlo que las que tenía de escuchar su tercer disco, tengo las expectativas muy altas, seguro que no me decepcionarán.