Esther Jiménez
Redactora
Fotos de Sonia Ariz
MÚSICA QUE CRUZA FRONTERAS CON SU PRIMER DISCO, “ESSENZ”.
El grupo Antón y Maite Piano Dúo formado por Antón Dolgov y Maite León tiene una amplia trayectoria a pesar de su juventud. Ganadores del 1º Premio en el Concurso Internacional Mirabent i Magrans, 1º Premio en el Concurso Internacional Luigi Zanuccoli, y 1º y 2º Premio (VIII y VI ediciones) en el Concurso Internacional Antón García Abril, entre otros.
Recorren salas a nivel internacional, habiendo actuado en el Musikverein de Graz (Austria), el Gran Teatro del Harbín (China) o la Sala Mozart en Zaragoza. Este año, la pandemia no ha impedido que nos regalen su primer trabajo discográfico “Essenz” bajo el sello de IBS Classical.
¿Cómo nace el proyecto Antón y Maite Piano Dúo?
Antón Dolgov: Nos conocimos en Madrid, en un curso del Escorial de piano y luego estudiamos juntos en el conservatorio de Aragón. Cuando terminamos el Superior nuestro profesor de instrumento nos animó a hacer un Máster de Dúo. En este periodo surgieron varios conciertos y concursos que nos fueron abriendo camino, y hace dos años nos lanzamos a hacer el máster en Austria, que es una rareza en todo el mundo, y la verdad que nos encantó.
Maite León: Creo que los dos tenemos una tendencia natural hacia la música de cámara, todo lo que sea hacer música con los demás es muy divertido, pero encontrar a alguien con quien de verdad te entiendas es complicado. Nosotros tuvimos una conexión especial desde el principio y creo que eso también impulsó a que nos decidiéramos por esto. Eso, unido además al hecho de ser pareja y de vivir juntos, de estar en esa bola de creación y de comunicación constante, ayuda mucho a nuestra faceta como dúo.
¿Creéis que el repertorio para dúo de piano está un tanto olvidado a nivel concertístico? ¿Se le ha dado un tratamiento más bien amateur?
M. L: Exactamente, está clarísimamente menospreciado. Y es un repertorio maravilloso al cual el público no tiene acceso por esta falta de visibilidad de nuestra formación. En España se hacen algunos conciertos de dúo, pero la sensación es que es algo como para rellenar programación y no como una agrupación seria e imprescindible a la hora de conformar los programas. Hay que seguir trabajando en ello.
¿Cómo es vuestro trabajo como formación de dúo de cara a preparar una clase o un concierto o recientemente, para la grabación de vuestro disco?
A. D: Pues últimamente ha cambiado, ahora estamos añadiendo más horas de estudio individual. No porque necesitemos alejarnos del dúo, sino porque antes de juntarnos debemos solventar todos los problemas para que los ensayos sean lo más eficaces y productivos posibles.
M. L: Hace un par de años, vinimos muy motivados al máster y estábamos todo el día ensayando juntos. Inicialmente es necesario, porque necesitas encontrar el balance y un sonido propio como dúo. Ahora estamos intentando profesionalizarlo más desde la planificación: durante las mañanas hacemos 3 horas individuales y una hora juntos, y por las tardes hacemos otro ensayo largo, donde ponemos todo en común, nos grabamos y escuchamos; el ensayo como grupo, propiamente entendido.
Ya sabemos que la idiosincrasia del piano difiere de aquellos instrumentos sinfónicos. ¿Cómo os afectado a nivel individual este trabajo a dúo? A nivel técnico y de sonido.
M: Yo he notado que hemos desarrollado muchísimo el oído, porque en el dúo la sensación es que tocas también con las manos del otro, y tienes que saber exactamente lo que está pasando en todas las voces. Por eso hay que estudiar tantas horas. Por ejemplo, Antón tiene que hacer con el bajo exactamente lo que yo necesito, o poner un pedal que a priori no es intuitivo para el pero que funciona para el conjunto. Al final se trata de hacer lo que es bueno para la música, no lo que es cómodo para uno mismo, desde la humildad.
A: Ayuda a esa consciencia polifónica. Yo tengo que estar pendiente de lo que hacen las manos de Maite y ella de las mías. Nuestro trabajo es casi como el de director de orquesta, que debe controlar y escucharlo todo a pequeña escala y a la vez no perder la perspectiva global.
Imagino que con todo esto os estarán ayudando mucho en el máster que estáis cursando en Graz. ¿Qué destacaríais de esta experiencia que estáis viviendo?
A. D: Igual no debería decirlo, pero a mi me ha cambiado la vida. El hecho de trabajar con alguien que lleva años haciendo esto eleva la percepción del dúo, porque te detectan hasta el error más minúsculo, cosas a las que como pianistas solistas no damos importancia pero que son cruciales en el dúo. Esto hace que tú mismo llegues a un nivel de exigencia muy alto. De alguna manera sentimos que lo que estamos aprendiendo aquí no lo podríamos aprender en otro lugar.
M. L: Además dúos de piano no hay tantos y en ese sentido tenemos un nicho a explotar. Para nosotros Graz ha sido un descubrimiento porque no es de las primerísimas universidades de Europa que te vienen a la mente a la hora de hacer un master, pero éramos fans de nuestros profesores y nos están aportando muchísimo. Ellos también son pareja y nos dan consejos no solo en el plano técnico del instrumento, sino también en el plano emocional y de dinámica como pareja que muchas veces no se atiende en el ámbito del conservatorio.
A. D: Además, cuando vinimos estábamos muy inmaduros en cuanto a cómo funciona la industria musical, y al final ellos llevan toda la vida desempeñando profesionalmente la especialidad, por lo que también nos están enseñando cómo abrirnos al mundo y salir al mercado. En cierta manera, a raíz de esa experiencia que comparten con nosotros, de esas conversaciones y reflexiones salió la idea de grabar el disco.
Pasamos a hablar precisamente de éste, vuestro primer disco, “Essenz” (IBS Classical, 2020). No podemos menos que daros la enhorabuena por sacar este proyecto a la luz en estos tiempos donde se necesita mucho el arte. ¿Qué puede esperar el público cuando escuche este disco? ¿Qué queréis que tome relevancia en el oyente a raíz de este trabajo?
A. D: Creo que la función principal del disco es mostrar la profesionalización de esta especialidad. Como siempre decimos: Reivindicar el dúo pianístico. Queríamos hacer un disco dedicado por completo al piano a cuatro manos, que fuese a la vez nuestra carta de presentación. Es muy importante para nosotros mostrarnos tal y cómo somos, mostrar nuestra esencia. De ahí vino la idea del título y de la portada, de aparecer desnudos.
M. L: Aunque hay más desnudez dentro del disco que fuera. Las noches anteriores al lanzamiento no podía dormir de los nervios, pero no por la foto de portada, sino por lo que se iba a escuchar dentro. Nada da más miedo que escucharte en disco y decir: esta soy yo, con mis virtudes y mis defectos. En un concierto igual puedes salir del paso, pero durante la grabación de un disco te chocas con tu realidad, con quien eres, y como va a quedar plasmado quieres que salga lo mejor posible. Esto te hace trabajar a unas revoluciones increíbles.
Habladnos del repertorio de este trabajo. Comenzáis con Mozart que fue un poco el que instauró el dúo pianístico como género y acabáis con William Bolcom, haciendo todo un recorrido por distintas épocas pasando por Schubert y Mendelssohn. ¿Cómo habéis realizado esta elección?
M. L: Es verdad que quizá hemos sido un poco kamikazes en la elección del repertorio porque son probablemente las obras más difíciles que hay para piano a cuatro manos, y sin duda algunas de las más célebres. Sin embargo, con este disco queríamos sentar las bases de nuestra carrera y tener también un espejo en el que mirarnos dentro de 20 años. Es repertorio que vamos a trabajar toda la vida, y de todas formas, aunque Mozart y Schubert sean obras muy tocadas, nunca hay demasiadas grabaciones, precisamente por el trasfondo tan delicado y profundo que tienen.
Queríamos enfrentarnos a estas obras lo más pronto posible, pues no puedes dedicarte al piano a cuatro manos sin pasar por Mozart o por Schubert. La Sonata en Do mayor de Mozart sienta las bases de todo un género. La fantasía de Schubert es probablemente la obra más compleja del disco y es una obra que todo dúo debe conocer y estudiar en profundidad, y el Andante & Allegro de Mendelssohn es un ejemplo del nivel de virtuosismo al que se puede llegar como dúo.
A. D: En el caso de la obra de Bolcom es una transcripción nuestra que compartimos con el propio compositor y le gustó mucho. Es una obra mucho más juguetona y que nos permite más libertad. El jazz y el ragtime siempre nos ha acompañado y esta obra la solemos tocar como bis en los conciertos y siempre gusta mucho así que era inevitable que apareciera en nuestro disco.
¿Qué queréis recorrer en futuros trabajos discográficos?
A. D: Tenemos en mente varios trabajos en los que nos soltaremos más la melena, y también proyectos con obras inéditas de compositores españoles y actuales.
P: ¿Estáis en contacto con compositores actuales y en concreto, españoles?
A. D: Constantemente recibimos decenas de mensajes de compositores de España y de fuera que quieren que conozcamos y toquemos sus obras. Eso es muy positivo porque quiere decir que el dúo de piano está en mente del gremio. También es muy importante que los compositores conozcan nuestro lenguaje, que no es cómodo ni fácil de escribir, sobre todo para cuatro manos.
M. L.: Da rabia porque muchas veces estamos tan enfrascados en proyectos ya cerrados que se nos hace muy difícil atender a todas las propuestas, pero siempre intentamos sacar tiempo para acercarnos a estas obras de nueva creación, y las tenemos en cuenta para construir nuevos programas.
P: La pandemia ha puesto complicado la realización de conciertos, aún así ¿os veremos próximamente en los escenarios? ¿Os están dando facilidades para reprogramar los conciertos cancelados?
A. D: El problema es que cuando España no está confinada, lo estamos aquí en Austria. Conciertos a la vista sí, que son aquellos que se tuvieron que cancelar estos meses atrás y que estamos esperando a que se reubiquen. Esperemos también que los festivales que no se pudieron hacer se puedan realizar este año.
M. L: Otra preocupación es que, a causa de tantas reubicaciones de conciertos que no se pudieron celebrar la pasada temporada, no está claro que haya cabida para nuevas programaciones. Pero bueno, hay que seguir trabajando y sacar partido también a este tiempo de recogimiento.
P: ¿Qué le pediríais al 2021?
A. D: Si tenemos la suerte de seguir trabajando y estudiando, con la facilidad económica para sacar proyectos adelante y grabar más discos estaremos bien. Creo que obcecarnos en dar conciertos como lo hacíamos antes con la situación que vivimos ahora no es muy realista.
M. L: También hacer hincapié en la parte psicológica que muchas veces se deja de lado y es vital en nuestra profesión. La pérdida de la rutina del escenario, la cancelación de proyectos, el tener más tiempo para pensar y escucharse a uno mismo, hace que necesitemos nuevas herramientas. Nosotros incluso trabajamos con una terapeuta y creo es importante hablar de ello para fortalecernos y que no nos supere esta situación.
A continuación, os dejamos el enlace a la web de “Antón y Maite Piano Dúo” donde podréis estar al tanto de sus próximos conciertos y adquirir su primer trabajo “Essenz” (IBS Classical, 2020):